"Día Internacional de las Viudas", situación invisible para el mundo...

Con el fin de darle un reconocimiento especial a la situación de las viudas de todas las edades y de todas las regiones y culturas del mundo, la Asamblea General de las…
"El señor derribará la casa de los soberbios, pero afianzará los linderos de la viuda." (Proverbios 15:25)
Sin embargo, en pleno siglo XXI el abuso de las viudas y sus hijos constituye una de las más graves violaciones a los derechos humanos y obstaculiza el desarrollo actual. Millones de viudas en el mundo soportan extrema pobreza, aislamiento, violencia, falta de vivienda, enfermedades y discriminación en lo que respecta a la ley y las costumbres.
Ausentes en las estadísticas, inadvertidas por los investigadores, abandonadas por las autoridades locales y nacionales y mayormente ignoradas por las organizaciones de la sociedad civil, la situación de las viudas es, en efecto, invisible.
Dios cuida a las viudas, es su esposo…
Encontramos viudas en todo el mundo, pero en especial haremos referencia a aquellas que luego de perder al amado, entregaron su corazón a Dios y lo aceptaron como esposo para siempre. Esas viudas encuentran consuelo rápidamente y nunca se sentirán solas o rechazadas porque Dios cuida de ellas.
En el Antiguo y en el Nuevo Testamento las viudas y su importancia son nombradas muchas veces. La mayoría de estos textos biblicos hablan del mandato de Dios que llama a socorrer a las viudas y a los huérfanos en sus necesidades.
Pero también ellas son protagonistas en algunos casos, como nos lo describe la Santa Biblia en 1 Reyes 17, 9-24, cuando el Señor dirigió la palabra a Elías. “Yo mandaré una viuda que te dé la comida”, le dice.
Y Elías obedeció y fue a la población de Sarepta, donde vivía la viuda. Ella lo recibe y Elías le dice que le traiga un trozo de pan, pero a la mujer solo le quedaba un puñado de harina y un poco de aceite. El profeta le recuerda que el Señor dice que el cántaro de harina no se vaciará y que la aceitera no se agotará hasta que vuelva la lluvia.
Y ella le cree y así ocurre hasta el día en que Elías debió marcharse para llevar sus anuncios y sus denuncias a muchos lugares.
También en La Santa Biblia el evangelista San Lucas hace referencia a una viuda que se casó siete veces, pues sus maridos morían al tiempo de contraer nupcias. Le preguntan a Jesús: ¿Cuando resuciten de quién será esposa la mujer?...
Jesús responde: “Los que viven en este mundo toman marido o mujer. Pero los que sean dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no tomarán marido ni mujer; porque ya no pueden morir y son como ángeles; y, habiendo resucitado, son hijos de Dios”.
Es un mandato ayudar a las viudas y a los huérfanos
En cuanto a la ayuda a las viudas, es mandato de Dios socorrer a las que lo son realmente. A ellas y a los huérfanos porque así se cumplen la ley y los profetas. Lo que nos muestra la importancia de ayudarlas en sus necesidades espirituales y materiales.
Aquellos que desechan a las viudas, o las ignoran o las maltratan física o psicológicamente, no han escuchado a Jesús cuando aparece en el medio para defenderlas y condenar a quienes las oprimen.
Así habla el Señor (Lucas 20, 46): “Cuídense de los letrados, que gustan de pasear con largas investiduras, aman los saludos por la calle y los primeros puestos en sinagogas y banquetes; que devoran las fortunas de las viudas con pretexto de largas oraciones. Ellos serán juzgados con mayor severidad”.
Como vemos, nuestro Dios es de viudas y de huérfanos. Es un Señor de Piedad. En este año de la Misericordia miremos con ojos compasivos a aquellas mujeres que perdieron a sus esposos y que necesitan muchas veces nuestra ayuda.
“En cambio, la viuda de verdad que vive sola, tiene su esperanza en Dios y persevera rezando y suplicando día y noche. Pero la viuda que lleva una vida disipada está muerta en vida”.(1 de Timoteo 5, 5-6.)
Fuente Disminuir
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