¡La alegría del primer hijo!

El nacimiento de un bebé es ante todo un regalo de “Dios” y un gran acontecimiento para la familia, pero si además es la llegada del primer hijo, es toda una revolución,…
Significa el paso de ser dos a tres, de ser una pareja a ser una familia. Las prioridades cambian. Nada vuelve a ser como antes. Desde el momento en que el matrimonio se entera que está esperando su primer hijo, se produce una avalancha de sentimientos: felicidad, ilusión, emoción y gran expectativa ante la nueva responsabilidad de ser padres.
En ciertos casos también puede manifestarse miedo o un gran temor, ya que la llegada del primer bebé implica un cambio radical. Supone empezar a planear la vida junto a él, preparar el hogar para acogerle, disponerse los padres para la crianza y sobretodo asumir la pareja su nuevo rol como padres primerizos.
Junto con los primeros signos del embarazo y los cambios físicos que se van produciendo en la mujer, es lógico que aparezcan las dudas: ¿seré capaz de cuidar un bebé?, ¿qué sentiré durante el embarazo, me irá bien, me engordaré mucho, estaré preparada para esto, cómo cambiará mi vida? Y demás dudas humanas que puede tener una madre gestante.
Los nueve meses de embarazo son necesarios para que el bebé se desarrolle en el vientre materno, pero también para que los padres se vayan adaptando a la nueva situación y a la nueva vida de familia que les espera. La pareja va evolucionando a medida que lo hace el embarazo, y lo continuará haciendo a lo largo de la vida.
Expresión máxima del amor
El nacimiento de un hijo es la expresión máxima del amor entre dos personas: sin embargo, no siempre es todo color de rosa. Hay parejas que creen que la llegada de un bebé servirá para unirse, para recuperar el amor perdido, para resolver los problemas de pareja o alguna crisis latente. El bebé no arreglará los problemas si existen asuntos previos, a la corta o larga vida volverán a aparecer. Si hay temas por resolver en la pareja, por el bien del bebé y del matrimonio, lo mejor es buscar ayuda profesional y sobre todo espiritual para obtener lineamientos sabios en cualquier decisión.
Ser padres es una experiencia maravillosa, pero aun así hay parejas que se desequilibran ante la noticia de la llegada del primer hijo y se destapa la “caja de los truenos”. Comienzan las tensiones, las discusiones sobre el cuidado del bebé, sobre la educación que se le dará, sobre quien dejará su trabajo por cuidar al bebé, y otras cuestiones que pueden plantear conflictos entre los futuros papás. Lo mejor es hablar tranquilamente entre los dos sobre todo lo que pueda generar tensiones.
Durante estos nueve meses de espera es fundamental que ambos se sientan felices y plenos, pues esta felicidad también repercute en la salud de la madre y también en la del bebé gestante.
Recordemos que la espera del primer hijo es única, como la de cada hijo, pero esta es especial pues es la primera vez que van a vivir la experiencia de ser padres. Así que se debe disfrutar de manera plena y por el contrario dedicar el mayor tiempo posible a los mimos, a momentos de tranquilidad y esparcimiento. También, a los chequeos médicos, llevar una alimentación adecuada, y a buscar su nombre. Pero sobre todo prepararse a recibir las bendiciones de la llegada de un nuevo ser al mundo.
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