Tejiendo esperanza de la mano de niños, adolescentes y servidores IAM, en la Arquidiócesis de Bogotá

El proceso formativo, en modalidad mixta (virtual y presencial), se desarrolló como parte del trabajo articulado entre las Diaconías para la Esperanza y para la Formación Discipular Misionera con las Obras Misionales Pontificias en procesos de Infancia y Adolescencia Misionera (IAM) en las parroquias de esta Arquidiócesis.

Ahora, el nuevo grupo de animadores de evangelización se ha dispuesto a fortalecer el acompañamiento y formación en la fe de los más pequeños, desde un espíritu misionero anclado a la vivencia del Evangelio en todos los contextos.
Formación, fraternidad y compromiso misionero
Durante el curso, desarrollado entre el 18 de marzo y el 3 de mayo, se abordaron temáticas esenciales para el acompañamiento misionero de niños, niñas y adolescentes, pasando por la historia y carisma de la IAM, su pedagogía misionera, los principios fundamentales de oración, sacrificio y comunión, hasta temas actuales como la protección de menores, el uso responsable de las TIC’s, el liderazgo infantil y la construcción de comunidad.
Uno de los momentos más esperados fue el encuentro presencial, donde los rostros detrás de las pantallas se convirtieron en abrazos, testimonios y risas compartidas. Allí, las sesiones se transformaron en espacios vivenciales de juego, espiritualidad, trabajo en equipo y creatividad, marcando en cada participante una profunda convicción: acompañar a la niñez es una vocación que transforma y contagia vida.
“El curso me ayudó a recordar la razón por la que comencé: por el amor a los niños, por su capacidad de entrega y su corazón misionero”, expresó una de las participantes del curso. Otro participante destacó cómo esta formación “nos une como Iglesia y nos da herramientas concretas para seguir caminando juntos, cuidando a los más pequeños, tal como nos enseñó el papa Francisco”.

La formación concluyó con la Eucaristía de consagración de los Asesores IAM, presidida por monseñor Yoany Cupitra, vicario de la Diaconía para la Formación Discipular Misionera y concelebrada por el padre Hernán Báez, director arquidiocesano de Animación Misionera, quienes les impusieron las insignias propias del asesor de IAM y finalizaron el espacio formativo con un signo de envío, cargado de esperanza para la Arquidiócesis.


Los participantes fueron animados a regresar a sus comunidades para multiplicar la creación de los grupos de Infancia y Adolescencia Misionera en sus parroquias, con la tarea de fortalecer los procesos locales, inspirados en una pastoral viva, tierna, segura y profundamente sinodal.
Así, la IAM en la Arquidiócesis de Bogotá sigue tejiendo esperanza, guiada por la ternura de Dios y la alegría de quienes acompañan la misión desde los pasos pequeños, pero firmes de la infancia que ora, se sacrifica y aporta su ofrenda para que otros niños del mundo puedan vivir su fe con autenticidad.
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