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Santa Isabel de Hungría, patrona de la arquidiócesis de Bogotá

13 de noviembre de 2014
Santa Isabel de Hungría, patrona de la arquidiócesis de Bogotá

El pasado 17 de noviembre la Iglesia universal y de manera especial la arquidiócesis de Bogotá celebró el día de santa Isabel de Hungría, patrona de esta iglesia…

Fue don Luis Zapata de Cárdenas O.F.M., el segundo arzobispo de Bogotá, quien consagró la ciudad a la santa, luego de haber recibido como obsequio una de sus reliquias (una parte del cráneo) de la reina doña Ana de Austria, esposa de don Felipe II, tal como atestigua una carta del obispo agradeciendo tal dádiva. La reliquia reposa en el altar de la capilla dedicada a la santa en la catedral bogotana y como concesión especial fue expuesta el día 24 de marzo en la solemne Eucaristía que tuvo lugar con motivo de los 450 años de la erección de la Arquidiócesis.

A buena hora con el Plan de Evangelización, necesitamos seguir y tener a los santos como compañeros de camino para que intercedan porque nuestra iglesia arquidiocesana sea “Sal de la tierra y luz del mundo”, más aún con la santa patrona, Santa Isabel de Hungría que es modelo y ejemplo de extraordinarias virtudes cristianas, vividas de modo radical en el matrimonio, en la familia y también en la viudez.

En santa Isabel de Hungría, se han inspirado incluso personalidades políticas, que se han sentido impulsadas a trabajar por la reconciliación entre los pueblos; de ahí que nuestra iglesia arquidiocesana se encomienda para trabajar por la reconciliación, la acción misionera con los más necesitados y la paz en Bogotá. 

Reseña de su vida y testimonio

Santa Isabel, santa "europea", nació en el año 1207, en un contexto social de reciente evangelización. El rey Andrés II de Hungría y su esposa Gertrudis de Merania, fueron sus padres quienes se preocuparon por formarla desde niña con la conciencia de su dignidad de hija adoptiva de Dios, así creció en la corte húngara junto a sus hermanos los príncipes Béla, Colomán y Andrés.

Para Benedicto XVI, en el 2007 con motivo de su VIII centenario, expresó que santa Isabel hizo suyo el programa de Jesucristo, Hijo de Dios, que, al hacerse hombre, "se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo" (Flp 2, 7). Y también resaltó que siguió las huellas de san Francisco de Asís, proponiéndose como objetivo personal y último configurar su existencia con la de Cristo, único Redentor del hombre.

En 1221 Isabel se casó con el Landgrave Luis de Turingia-Hesse, sin dejar de dedicarse al cuidado de los pobres, en los que reconocía los rasgos de Jesucristo. Según diferentes documentos, el matrimonio estuvo caracterizado por amor correspondido y felicidad, así mismo fue “esposa y madre ejemplar, practicando las virtudes evangélicas, aprendidas en la escuela del santo de Asís; y auténtica hija de la Iglesia, dando un testimonio concreto, visible y significativo de la caridad de Cristo”, Benedicto XVI.

Santa Isabel de Hungría quedó viuda siendo aún joven, dedicó su riqueza a los pobres, construyó hospitales. Su vida cambió radicalmente cuando Luis murió a causa de la plaga el 11 de septiembre, 1227, en Otranto, Italia cuando se dirigía a unirse a la Sexta Cruzada conducida por Federico II.

Pocos días después, el 29 de septiembre, santa Isabel dio a luz a su hija, la beata Gertrudis de Altenberg, la cual fue enviada a un claustro las monjas Premonstratenses junto a Wetzlar, donde fue criada como religiosa y murió a una edad avanzada como abadesa en 1300.

Isabel murió en Marburgo, bien debido a agotamiento físico o a una enfermedad, cuando contaba sólo 24 años de edad. Fue canonizada por el papa Gregorio IX en 1235, a partir de su canonización en 1236 se convirtió en un símbolo de caridad cristiana para toda Europa, extendiéndose su culto muy rápidamente y profundamente desde los territorios germánicos, polacos, húngaros, checos, hasta los italianos, ibéricos y franceses.

Santa Isabel se suele comúnmente representar como una dama vestida con ropas reales y corona cargando un cesto lleno de rosas, por  el milagro de las rosas que ocurrió cuando estaba obsequiando pan a los pobres y fue sorprendida por su cuñado Conrado de Turingia. Para que no tuviese que mentir, o fuese castigada por el noble germánico, según la leyenda Dios hizo convertir el contenido del cesto en rosas.

Igualmente es común hallar representaciones de santa Isabel, donde está rodeada de gente pobre o enferma, aunque casi como motivo fijo se halla el cesto lleno de rosas o de hogazas de pan.

 

 

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