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Primer Encuentro de Animadores de Cursos Prematrimoniales

6 de febrero de 2017
Primer Encuentro de Animadores de Cursos Prematrimoniales

El fin de semana pasado se llevó a cabo el Primer Encuentro de Animadores de Cursos Prematrimoniales promovido por la Coordinación de la Evangelización para la Familia…

El primero de muchos encuentros que vendrán de comunión, actualización y profundización. El padre Nelson Ortiz Rozo, coordinador, viene trabajando en esta pastoral desde hace dos años, después de culminar sus estudios en Roma. El próximo encuentro se realizará entre los días 24 y 26 de febrero de 2017.

Ha sido una valiosa iniciativa, impulsada por la necesidad de salvaguardar las familias ante los diversos ataques que sufre hoy, para mantenerse unida y a flote. “La situación de las familias en el mundo actual, amplía nuestra mirada y reaviva nuestra conciencia sobre la importancia del matrimonio y la familia” opinaron los obispos en el Sínodo sobre la Familia, “por eso, sin duda, nuestra tarea pastoral más importante con respecto a las familias, es fortalecer el amor y ayudar a sanar las heridas, de manera que podamos prevenir el avance de este drama de nuestra época”. La familia es el sostén de la humanidad, entonces “cada familia no es un problema, es principalmente una oportunidad”[1], es el primer lugar de acompañamiento y así mismo, “la alegría del amor que se vive en las familias es también el júbilo de la Iglesia”.[2]

El Encuentro abrió con una actividad que llevaba a reflexionar sobre cómo se tejen redes, en la cual cada pareja pensaba en una parte de su cuerpo que fuera trascendental en la misión de evangelización y la pasaba a otra pareja. La actividad tuvo un sentido de comunión y se percibió el avance y la fuerza que da el trabajar en equipo e invitó a superar el individualismo.

Dentro de nuestro plan de Evangelización de la Familia, anota el padre Nelson, hemos tenido presente que hay tres elementos fundamentales: la articulación de los agentes pastorales, la formación y acompañar a las familias desde el momento donde nace el amor. Y esto es lo que hemos querido desarrollar en este Encuentro. Han venido desde las distintas parroquias de la arquidiócesis de Bogotá, de los diferentes centros para generar, en un espíritu de comunión, ese espacio de caminar juntos en un mismo proyecto de evangelización de la familia. En segundo lugar la formación, cualquier renovación se da a partir de la formación de estos animadores. Y ese es el espacio que hemos querido ofrecer. Y en tercer lugar, pues, responder de manera específica al acompañamiento de los novios.

Hemos tenido como línea central esa invitación que nos hace el papa Francisco en Amoris Laetitia: “Acompañar el camino de amor de los novios”. Hemos profundizado sobre este tema y las parejas, los animadores, se sienten impulsados a seguirlos acompañando y abriendo nuevos espacios para los novios. Todos estuvieron muy contentos, han tenido una experiencia de comunión, de vida espiritual, de formación y ahora se sienten lanzados al apostolado en sus parroquias en el acompañamiento a los novios.

Entre las conclusiones de los asistentes se destaca el cuestionamiento para revisarse a sí mismos y la invitación a reavivar la llama del servicio y del amor primero. Según lo comenta uno de ellos: “uno no se las sabe todas, con la información que recibimos nos cuestionamos nosotros que somos esposos, que somos pareja, que tenemos mucho para transmitir pero que si no nos capacitamos año a año, nuestra labor cae en la rutina y en el aburrimiento. El reto es estar innovando y estar creando para atraer a esas parejas de novios al Reino y saberse mantener uno vigente”. Igualmente otro opinó sobre una fuerte inquietud para acompañar a los novios en el camino del amor y particularmente lo positivo que resulta la oportunidad de encontrarse, compartir conceptos, aprender, encontrar nuevas posibilidades, unificar criterios, “eso es muy valioso, veníamos rodando pero sin cadena, ahora estamos más articulados y eso lo lleva a uno a pensar que estamos en el camino”. Expresaron también  que hacer un curso prematrimonial no debe ser el resultado de una presión de tiempo para cumplir un requisito sino que debe ser visto como oportunidad de crecimiento, de conocimiento y una confirmación de la madurez que se tiene para avanzar en el compromiso más importante de toda la vida. “El reto es hacer verdaderamente familias felices, duraderas y matrimonios para que siembren semillitas para el futuro”.

Las cosas importantes en la vida implican un ejercicio de mantenimiento para poder conservarlas que es lo que en educación se llama La pedagogía del cuidado; así como las plantas necesitan del agua y del sol para poder vivir, así mismo el amor necesita ser alimentado para poder crecer y madurar, al igual que la vida espiritual necesita ser nutrida para avanzar y trascender hacia Dios.

Concluía también otro participante: “Ha sido un encuentro maravilloso, que bueno conocer otras personas que andan haciendo lo mismo que nosotros. El camino que nos muestra este encuentro es que caminemos todos de la mano para poder ayudar a otras parejas”. Este camino lo vamos haciendo entre todos, en el tiempo, como lo explica el Plan de Evangelización: saliendo al encuentro, haciéndonos compañeros de camino y siendo fermento; así hacemos frente a la débil adhesión a Jesucristo que se vive hoy. Descubriendo el amor de Dios cada día de la existencia; el amor de Dios es, como lo dice san Pablo, un tesoro que llevamos en vasijas de barro y si no se cuida se rompe.

“El que Dios haya creado la luz significa que Dios creó el mundo como un espacio de conocimiento y de verdad, espacio para el encuentro y la libertad, espacio del bien y del amor. La oscuridad acerca de Dios y sus valores son la verdadera amenaza para nuestra existencia y para el mundo en general. Por eso la fe, que nos muestra la luz de Dios, es la verdadera iluminación, es una irrupción de la luz de Dios en nuestro mundo, una apertura de nuestros ojos a la verdadera luz”.[3]

El amor de Dios es fiel, es firme, es gratuito; amarlo es una decisión. Roguemos al Señor que nos haga experimentar su amor y a María Santísima modelo de escucha, a san José varón prudente y justo que iluminen el nuevo rumbo en la evangelización de la familia y que en este camino sean ellos quienes custodien nuestros pasos. Amén.

 

Marcela Zuluaga García


[1] Discurso en el Encuentro con las familias de Santiago de Cuba(22 septiembre 2015)

[2] Francisco, Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris Laetitia sobre el amor en la familia (19 marzo 2016)

[3] Homilía del santo padre Benedicto XVI vigilia pascual Basílica Vaticana, Sábado Santo (7 abril 2012)

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