Jóvenes que caminan con esperanza, rumbo a su Jubileo en el Año Santo

En un ambiente de alegría y fraternidad, alrededor de 90 jóvenes provenientes de distintas parroquias de la Arquidiócesis de Bogotá participaron en un nuevo encuentro preparatorio hacia el Jubileo de la Juventud 2025, que a nivel arquidiocesano se celebrará el próximo el 23 y 24 de agosto.


Bajo el lema ¡Somos sembradores de esperanza!, en la parroquia San Pablo, perteneciente a la Vicaría Episcopal Territorial Espíritu Santo, el sábado 31 de mayo, estos jóvenes, acompañados por sacerdotes e integrantes de la Diaconía para la Esperanza y la Diaconía para el Desarrollo Humano Integral (estructuras pastorales y de servicio en esta jurisdicción eclesiástica), vivieron una experiencia de Iglesia viva y sinodal, a partir de momentos profundos de oración, reflexión, formación, celebración y compartir en la fe.

Un camino compartido, respuesta coherente y generosa
Este tercer encuentro propuso a los jóvenes recorrer juntos el Camino Discipular Misionero, (apuesta pastoral y evangelizadora arquidiocesana), como un llamado personal y comunitario que se transita sinodalmente, reconociendo que “nuestra condición bautismal”, nos configura como “discípulos misioneros de Jesucristo y miembros del pueblo de Dios, que peregrina en la “ciudad región” de Bogotá.
A partir de esta invitación, reflexionaron sobre lo que significa seguir a Jesús de manera radical; asumir el llamado a ser sus discípulos y, al mismo tiempo, aceptar con responsabilidad y compromiso la misión de anunciar el Evangelio, llevando a cada rincón un corazón lleno de esperanza, alegría y amor.
Durante la jornada desarrollada en seis momentos, los jóvenes, a través de dinámicas; oración con la Palabra; reflexión personal de la historia de vida y la presencia de Dios en ella; la revisión de su corazón, el abrazo consciente y amoroso de sus dolores, heridas, anhelos, de sus logros y oportunidades, reconocieron la presencia de Dios Padre, de Jesús, de su Santo Espíritu, en cada capítulo de su existencia, guiándolos en el camino y acompañándolos en la misión como discípulos y profetas de esperanza.


Con corazones de papel, dibujos del camino personal y símbolos como la semilla y la vela, cada uno fue llamado a dejarse transformar por el amor de Dios y a ser testigo de la esperanza en todo lugar y momento.

“Este encuentro me ayudó a sentir que no estoy sola en la fe. Hay otros jóvenes que también creen, que también luchan, y que quieren ser luz en medio de las dificultades”, compartió una joven al finalizar la jornada.


Celebrar juntos fortalece la misión
Uno de los momentos más significativos fue la celebración eucarística presidida por monseñor José Roberto Ospina Leongómez, obispo emérito de Buga, en la que se recordó a los jóvenes que Dios los llama por su nombre, los mira con amor y les confía una misión concreta en la “ciudad región”, en su familia y realidades particulares. La alegría del Evangelio se hizo presente en cantos, abrazos, sonrisas y una fuerte conciencia de que la Iglesia los necesita activos, críticos, creativos y esperanzados.
Peregrinos hacia el Jubileo
En el marco del Año Santo de la Esperanza convocado por el papa Francisco, la Arquidiócesis de Bogotá ha propuesto un itinerario pedagógico y espiritual que permite a los jóvenes redescubrir su vocación bautismal como discípulos misioneros, al servicio del Reino en sus familias, barrios, colegios, universidades y espacios digitales.
Al final de la jornada, cada joven colocó una semilla en el “Árbol de la Esperanza”, junto con su compromiso personal para seguir construyendo una ciudad más fraterna, justa y humana.
"En medio de un mundo herido, los jóvenes no solo son el futuro: son el ahora de Dios, sembradores de esperanza allí donde están".

Fuente Disminuir
Fuente