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Felix Hell, organista de la Iglesia Luterana de San Pedro, en Manhattan,  es el próximo invitado al ciclo Bach en Bogotá

19 de octubre de 2017
Felix Hell, organista de la Iglesia Luterana de San Pedro, en Manhattan,  es el próximo invitado al ciclo Bach en Bogotá

Hell interpretará la Misa alemana para órgano, considerada la composición más grande en la historia del instrumento. El sábado 21 de octubre en la Catedral Primada, a…

En el majestuoso órgano de la catedral de Bogotá, el alemán Hell interpretará la ‘Misa alemana para órgano’ (Deutsche Orgelmesse), publicada en 1739 y conformada por el Preludio y fuga en Mi bemol mayor, BWV 552 y los Preludios corales BWV 669 a 689 denominados ‘Misa para órgano’ por su orientación litúrgica: Kyrie, Gloria, Diez Mandamientos, Credo, Padrenuestro, Bautismo, Penitencia y Comunión. 

Puede decirse que el programa de este sábado, que es una misma obra en sí misma, es quizá la composición más grande para órgano en la historia del instrumento. La interpretación que realizará el alemán coincide con la celebración de los 500 años de la reforma Luterana. J. S Bach es considerado uno de los compositores luteranos más importantes de todos los tiempos.

Felix Hell es profesor de órgano en el Conservatorio Sunderman de Gettysburg y profesor visitante de órgano en la Universidad Kosin en Busan, Corea del Sur.  Estudió en Juilliard School of Music de Nueva York, Curtis Institute of Music de Filadelfia y en el Instituto Peabody en Baltimore. Es conocido por sus propuestas de programas diversos e innovadores, con un repertorio que abarca cinco siglos.

Monseñor Mauro Serrano, quien es el Canónigo Maestro de Capilla de la Catedral Primada de Bogotá, ha hecho las siguientes notas sobre el programa:

“Misa alemana para órgano” de Johann Sebastian Bach

Una de las realizaciones más significativas de la “Reforma” encabezada por Martín Lutero (1486-1546) fue el cambio de la liturgia y en particular de la música litúrgica. Los cantos del Ordinario de la celebración eucarística católica se llaman así porque se repiten en toda celebración, y su modelo está en el repertorio del canto llamado gregoriano. Son cinco cantos: Kyrie, Gloria in excelsis, Credo (no siempre), Sanctus-Benedictus y Agnus Dei.

Desde Guillaume de Machault y su “Messa de Nostre Dame”, se llamó “Missa” a la composición de los cantos del Ordinario bajo una unidad formal macroestructural. Lutero quiso abandonar esos cantos en latín y griego para que el pueblo alemán participara en su propia lengua. Y en vez del repertorio secular del gregoriano y el repertorio polifónico quiso implantar formas musicales y textos alemanes, recogiendo especialmente la tradición de los cantos populares alemanes y en particular impulsando lo que se llamó el “coral luterano”. La mayor parte de las composiciones de Juan Sebastián Bach, destinadas al culto cristiano, al “servicio” luterano, están construidas a partir de esos corales.

Lutero no quería que se usara el órgano ni la polifonía. Escribió en latín: “Organa, vero, ad missam non debent adhiberi”. Afortunadamente hubo una reacción pronta de buenos compositores a partir del holandés J.P. Sweelinck (1562-1621) y el alemán Samuel Scheidt (1587-1654) y se empezó a aplicar a las composiciones para órgano la técnica de la variación ornamental en el coral protestante. Para el tiempo de J. S. Bach (1685-1750) ya se había reincorporado al servicio luterano la riqueza del órgano y de la polifonía.

Lutero permitió el canto de la misa - el Ordinarium Missæ de la liturgia católica - en latín, sobre todo para las fiestas más solemnes. Esta autorización, que se convirtió casi en una costumbre, seguía vigente en tiempos de J. S. Bach. De hecho, Bach compuso varias Misas en latín, tanto completas – siempre se entiende el Ordinarium Missæ– como parte de ellas.

La más conocida es la Misa en si menor (BWV 232). En la Deutsche Messe und Ordnung des Gottesdienstes (Misa alemana y Orden del culto), escrito por Lutero en 1526, definió la Misa alemana y orden del oficio religioso, donde la canción litúrgica, generalmente un coral al estilo luterano, debía reemplazar las partes del ordinarium missæ y las del proprium missæ, estas últimas designadas como canciones "de tempore". Como ejemplo de los reemplazos del ordinarium misase encontramos la canción Kyrie, Gott Vater in Ewigkeit que sustituye al Kyrie, y Allein Gott in der Höh sei Ehr al Gloria.

En el catálogo BWV se ha dado el nombre de Misa alemana a los preludios corales del 669 al 689.

 

 

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