Libro recoge disertaciones del papa Francisco sobre la alegría
“La alegría de un creyente no es la ingenuidad o la incapacidad de ver los problemas de la historia". Monseñor Dario Edoardo Viganò, vicecanciller de la Pontificia Academia de las ciencias y de las ciencias sociales, ilustra así el libro titulado La gioia, cuya introducción firma.
Este es un texto deseado por el Santo Padre, que recoge sus intervenciones sobre este tema – tomadas de sus encíclicas, homilías, discursos y mensajes – con el objetivo de ofrecer al lector la posibilidad de emprender su propio camino personal.
“No es un libro que se pueda leer desde la primera hasta la última página, pero sí se puede leer de forma desordenada", explica monseñor Viganò. De hecho, continúa:
“Son textos que, sobre todo en esta época de palabras gritadas, noticias terribles y muertes, permiten ensanchar el corazón, levantar la mirada y recuperar la experiencia de los creyentes”.
La alegría del vino
"La Iglesia es una experiencia de personas que viven la alegría", aclara el religioso, invitando a reflexionar sobre la experiencia de las Bodas de Caná. El relato del primer milagro de Jesús tiene como centro el matrimonio, en el que, sin embargo, falta un elemento importante, el vino que es signo de alegría.
"Las jarras para la purificación están vacías”, señala el sacerdote. Y esto simboliza una relación de amor ahora consumada entre Dios y su pueblo. Ni siquiera la ley y la purificación pueden restaurar la pasión de esa relación. “Por eso – continúa – Jesús no está presente, pero está invitado”.
“En efecto es Cristo quien trae el vino nuevo, estableciendo así una alianza nueva, eterna, última y definitiva. Un pacto nacido en este primer gran milagro del vino, es decir, de la alegría”.
Por eso, para monseñor Viganò: "La Iglesia es un pueblo de hombres y mujeres que no viven bajo la Ley, sino que viven en la alegría de ser hijos e hijas de Dios".
La alegría de vivir según el modo de Dios
El don del bautismo nos permite recibir la vida de Dios, convirtiéndonos así en hijos en su hijo Jesús. Y esto nos permite vivir las relaciones, en relación con el mundo o la creación, según el modo del Señor.
“La prioridad – dice monseñor Viganò – no es, pues, el ‘yo’, sino sobre todo el ‘otro’, como lo es para Dios, cuya prioridad ha sido siempre el hijo". Y a diferencia del ladrón crucificado en el Calvario, que en aquella ocasión le dice a Jesús: 'Si realmente eres el Hijo de Dios, sálvate a ti mismo, y luego sálvame a mí también'; si no se vive la filiación en Dios – continúa Viganò – las relaciones serán meramente instrumentales y funcionales, mientras que vivir la alegría significa sentir la urgencia de vivir según el modo de Dios”.
La estructura narrativa
Para facilitar la lectura, el libro se ha dividido en tres áreas temáticas, o mejor dicho, en "tres caminos de acercamiento a la alegría", que se delinean a partir de tres verbos: "ser", que es la identificación de la alegría como actitud personal y espiritual; "compartir", que es la alegría en el compromiso social y la amistad; y "dar testimonio", que es la alegría de vivir según el modo de Dios.
"Leer este libro – señala monseñor Viganò – es como caminar sobre las páginas, del mismo modo que los discípulos de Emaús. En ese pasaje del Evangelio, los discípulos reconocen a Jesús sólo al partir el pan, pero se preguntan: "¿No llega acaso a nuestros corazones mientras conversa con nosotros? El Espíritu Santo – concluye – prepara al hombre y a la mujer para reconocer al Señor en el acto de compartir el pan, pero actúa de antemano, incluso mientras caminamos con una persona desconocida”.
Fuente Disminuir
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