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El grafiti dialoga con el patrimonio religioso en Bogotá

27 de octubre de 2025
 El grafiti dialoga con el patrimonio religioso en Bogotá
Imagen:
Andrés Rincón / FUGA.
Exposición en la Iglesia San Ignacio hasta 14 de noviembre. Entrada Libre.

Por primera vez, el grafiti entra en la llamada “pequeña Capilla Sixtina de la capital, llevando el arte urbano al corazón del patrimonio jesuita. 

‘Trazos de esperanza: arte urbano por la paz’, es el nombre de la exposición en la que se reinterpreta el arte colonial desde el grafiti, resignificando los símbolos del pasado en un lenguaje contemporáneo. 

 

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La iniciativa liderada por la Alcaldía Mayor de Bogotá y la Fundación Gilberto Alzate Avendaño – FUGA, a través de su proyecto Bronx Distrito Creativo, en alianza con la Manzana Jesuítica de Bogotá y la Subdirección de Asuntos Religiosos de la Secretaría Distrital de Gobierno, en el marco de la 38ª Semana por la Paz, bajo el lema “Arropamos la vida con dignidad y esperanza”, se ha desarrollado en dos fases: 

La primera, reunió a nueve artistas grafiteros del centro de Bogotá, en un recorrido por la Manzana Jesuítica (Colegio San Bartolomé, la Iglesia San Ignacio y en el Museo Colonial), en un recorrido en el que buscaron inspiración para crear obras de grafiti sobre lienzo, a partir del diálogo entre la historia espiritual y patrimonial.

En un segundo momento, los artistas urbanos de la Mesa de Grafiti Área Centro: Trazo, Prado, Tegas, Smith, Bec, Liza Bella, Maick, Santink y Hereje, inspirados por la memoria de la Iglesia San Ignacio, cuya primera piedra fue colocada en 1610 y que fue dedicada a San Ignacio de Loyola en 1635, reinterpretaron sus símbolos religiosos y su valor histórico desde la mirada contemporánea del arte urbano. 

 

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De ese proceso surgieron nueve obras realizadas en paneles de MDF de gran formato, en técnica de aerosol, que adoptan el lenguaje del grafiti para resignificar esculturas, frescos y figuras devocionales del periodo colonial

El proceso creativo fue acompañado por el equipo de mediación de la FUGA y por la comunidad jesuita, generando un intercambio entre artistas, patrimonio y espiritualidad. 

El arte expande la mirada sobre la fe, la historia y la ciudad

Estas piezas no ocupan los muros del templo, pero dialogan con ellos, se presentan como una traducción visual entre lo espiritual y lo cotidiano, entre el patrimonio jesuita y las nuevas narrativas urbanas que habitan el Centro de Bogotá. 

 

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La exposición se inauguró el 7 de octubre, en la capilla de San José, también conocida como la pequeña Sixtina de Colombia, ubicada en la Iglesia de San Ignacio, uno de los templos coloniales más representativos del país. 

 

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Permanecerá abierta hasta el 14 de noviembre, de martes a sábado, entre la 1:00 p.m. y las 4:00 p.m., con entrada libre.

 

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“Esta iniciativa ha querido tender puentes, construir un vínculo entre las colecciones del siglo XVII, XVIII y XIX y las sensibilidades artísticas de muchos jóvenes de hoy, especialmente en una ciudad como Bogotá, donde el arte urbano y el grafiti ocupan un lugar muy importante”, explicó el padre Santiago Tobón Grajales, SJ., rector de la Iglesia San Ignacio - Bogotá. 

Blanca Andrea Sánchez, directora de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño – FUGA, agregó que “el grafiti no irrumpe, dialoga; resignifica los símbolos y les da voz en el presente. Este proyecto no enfrenta lo sagrado y lo urbano, sino que los reconcilia, reafirmando a Bogotá como una ciudad plural donde el arte construye comunidad y esperanza”.

 

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Obras que reinterpretan la historia

“Todo Copas”, de SMITH (@todocopasrap), enlaza la serenidad espiritual con la jerga popular bogotana, contraponiendo lo sagrado y lo urbano en un mismo plano visual. 

Arte Urbano como Religión”, de LIZA BELLA (@lizabella90graff), transforma la imagen del Inmaculado Corazón de María en un símbolo de fe, dignidad y esperanza. 

“El Niño Dios”, de TEGAS (@tegasgraff), actualiza la iconografía del Niño Jesús en clave contemporánea, fusionando tradición y arte urbano. 

“Montanangel”, de SANTINK (@santink_crea), reinterpreta un ángel jesuita que, en lugar del globo terráqueo, sostiene una boquilla de aerosol como emblema de creación. 

“Inspiración Divina”, de HEREJE (@hereje.08), convierte al ángel lector de los frescos coloniales en artista urbano, exaltando la creatividad como acto espiritual. 

“Liberación”, de BEC (@1_sin_fin), evoca la redención y el autoconocimiento a través del color, mostrando el arte como fuerza vital y sanadora. 

“Guardian of Colors”, de MAICK (@maick_dpbs), presenta un ángel protector en medio de explosiones cromáticas, donde lo divino habita lo urbano. 

“La Bendita Virgen de la Pintura”, de TRAZO (@trazograffiti), une el misticismo del siglo XVII con la energía cósmica del presente, con la palabra VIDA como estandarte. 

“Vendedores de la Manzana Jesuita”, de PRADO (@prado_expo), retrata la cotidianidad de La Candelaria, donde el patrimonio arquitectónico convive con la vida popular. 

Cada obra establece un diálogo con el acervo jesuita, con referentes como Santiago Páramo y Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos, revitalizando el legado colonial y demostrando que el patrimonio no pertenece solo al pasado, sino que puede inspirar nuevas formas de creación y convivencia. 

‘Trazos de esperanza: arte urbano por la paz’, no es solo una exposición, es una declaración cultural de Bogotá, una ciudad que abraza su diversidad y encuentra en el color, la memoria y la creación una forma de reconciliación que trasciende.


*Fotos: Andrés Rincón / FUGA.

Fuente:
Fundación Gilberto Alzate Avendaño – FUGA / Manzana Manzana Jesuítica de Bogotá.
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