La “biografía intelectual” de Jorge Mario Bergoglio
Próximamente saldrá el libro del profesor Massimo Borghese, filósofo italiano, catedrático universitario, sobre la personalidad intelectual e Jorge Mario Bergoglio y los…
La formación intelectual del Papa Francisco se basa en la idea de que a través de la Iglesia, “el misterio de Dios une a todos los que, en el plano, natural, aparece no superpuesto”: “una unidad que conserva las diferencias sin tener la pretensión de anularlas”.
Esta es la afirmación de Massimo Borghesi, autor del libro Jorge Mario Bergoglio. Una biografía intelectual. Dialéctica y mística (Una biografía intellettuale. Dialettica e mistica) publicada el 9 de noviembre de 2017 en las librerías italianas. El propio Papa, señala, en un artículo publicado por el Osservatore Romano en italiano del mismo 9 de noviembre, “ha ofrecido aclaraciones esenciales sobre su pensamiento y su formación intelectual”, en cuatro documentos de audio, grabados entre enero y marzo de 2017, en respuesta a las preguntas del filósofo.
“La reflexión del futuro Papa, afirma Massimo Borghesi, se inscribe…en el contexto de una corriente del pensamiento católico entre el siglo XIX y XX: la de Möhler, Guardini, Przywara, de Lubac, Fessard”.
En los documentos de audio, el Papa Francisco habla, explica Massimo Borghesi de “la importancia de la lectura… del libro La dialéctica de los “ejercicios espirituales” de San Ignacio de Loyola Gaston Fessard”: “El nombre de Fessard, uno de los más grandes intelectuales jesuitas de la segunda mitad del siglo XX, amigo de Henri de Lubac y protagonista con él de la Escuela de Lyon, me ha abierto los ojos sobre toda la reflexión de Jorge Bergoglio. Ha sido como haber encontrado el hilo rojo, la unidad de un pensamiento poliédrico”.
Gaston Fessard, continua, “ofrece una lectura dialéctica, antinómica, de la espiritualidad ignaciana desgarrada entre la gracia y la libertad, entre lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño” defiende “la idea de un catolicismo como coincidentia oppositorum, una síntesis vital de polaridades opuestas”.
Encontramos esta misma “idea”, explica el autor, “en los grandes expertos en eclesiología de Tübingen, Adam Möhler, tomada por los jesuitas Erich Przywara y Henri Lubac. Es la idea de la vida como tensión polar que encontramos en Romano Guardini, y esto explica que Bergoglio haya escogido este tema para su tesis doctoral. Romano Guardini no constituye el principio de su reflexión; sino que representa una importante confirmación y una ampliación de sus horizontes”.
Otro pensador muy querido por el Papa Francisco: Albert Methol Ferré, “el intelectual uruguayo lleno de genio”: “el pensador católico latinoamericano más importante de la segunda mitad del siglo XX”. “Expresó un tomismo dialéctico, dependiente, en su caso también, de Gaston Fessard”, dice Massimo Borghesi.
“Methol Ferré y Bergoglio, continúa, cuyos destinos se cruzan en 1979 en la conferencia de Puebla, comparten las mismas perspectivas ideales, las mismas esperanzas para la renovación eclesial latinoamericana. Ambos son partidarios de la teología del pueblo – la teología del pueblo – la versión argentina de la teología de la liberación que unió la opción preferencial por los pobres, el redescubrimiento de la fe popular, y el claro rechazo de la ideología marxista. Los dos deseaban que la patria grande de América latina tenga una tensión constructiva con los estados nacionales”.
Con Albert Methol Ferré, dice el autor del libro, el Papa comparte “no solo un modelo dialéctico, sino también la opción por la estética teológica de Hans Urs von Balthasar por la unidad trascendental (paso bien cierto) en la afirmación del ser y por la primacía otorgada a lo bello, el testimonio, en la comunicación de la verdad. De ahí esta unión polar de la misericordia y verdad, su tensión unitiva e inimitable, incomprendido tanto por los tradicionalistas como por los progresistas”.
“Esta lógica en la totalidad”, dice Massimo Borghesi, “explica que el Papa sea, por ejemplo, tan sensible al testimonio social de los problemas de la pobreza, de la guerra y del clima. Y que sea al mismo tiempo, siguiendo a Ignatius, un místico, un cristiano consciente del primer oráculo de la gracia en cada acción del hombre, de un “Dios cada vez mayor”.
“La vida cristiana” concluye Borghesi, “evoluciona entre el cielo y la tierra, una tensión que no encuentra solución en un sistema, sino solo en el Misterio que guía la historia”.
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