Cinco clásicos del cine que ningún católico se debe perder
Existen producciones cinematográficas las cuales nos introducen en aspectos esenciales de la fe y nos permiten comprender, con el lenguaje del cine historias evangélicas…
Son ventanas a lo esencial y dan color, sonido y voz a aquello invisible a los ojos pero fundamental para entender cada vez más la vida católica. Estas son cinco películas que todos los católicos no se pueden perder:
1. El festín de Babette (1987):
Es una película danesa y una de las preferidas del Papa Francisco. La historia que transcurre en un apartado pueblo de la costa parece sencilla pero encierra profundas analogías con el cristianismo. Es una gran virtud de esta película mostrarnos, con gran arte y belleza, que lo que opera detrás de lo aparente es algo mucho más profundo, y en el fondo, no otra cosa que la gracia de Dios que va transformando, a partir de una experiencia que empieza en lo sensible, los corazones que se abren a Él.
2. La misión (1986):
Una gran producción cuya historia gira alrededor de las misiones jesuitas en Paraguay. Su historia encierra profundos elementos de perdón y reconciliación, además de evidenciar la tarea de los misioneros en esa parte del continente, con sus aciertos y desaciertos.
3. Ben Hur (1959):
Un clásico del cine además de una producción que nos lleva al encuentro de la figura histórica de Jesús. En ese recorrido que lleva a Ben Hur de la nobleza a la esclavitud de las galeras, de la servidumbre a la libertad como hijo adoptivo de un acaudalado romano, del triunfo y la aclamación al sufrimiento y desesperación por sus seres queridos, nos encontramos con otra persona que parece acompañarlo desde lejos: Jesús el Cristo.
4. Qué bello es vivir (1946):
Otro clásico del cine y en particular del tiempo de Navidad. Una película que nos lleva a comprender el valor del servicio sincero y la entrega desinteresada a los demás, y a valorar nuestras acciones no por sus frutos inmediatos sino más bien por los imperecederos. «Ningún hombre que tiene amigos es un fracaso», nos dice esta historia.
5. Yo confieso (1953):
Una gran producción de Alfred Hitchcock que gira en torno al secreto de la confesión sacramental. Si bien por un lado resalta el misterio y suspenso de la historia, detrás de ellos se encuentra el gran valor del p. Michael Logan para proteger el sigilo sacramental y ser fiel a sus propios compromisos, incluso a pesar de lo que puede significar para su propia vida. Toda una lección para nuestro tiempo. Es, al mismo tiempo, una historia de perdón y amor al prójimo, en especial hacia aquel que nos daña.
Imagen: cine, literatura y vida
Fuente Disminuir
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