Sound of Freedom: Un llamado de atención e invitación a la acción preventiva

‘Sonido de libertad’ es una película que pone en evidencia el drama de los niños explotados y puestos en el mercado, como objetos de uso sexual. Una película que termina desempeñando un papel profético en una sociedad hedonista que se permite muchos excesos, so pretexto del derecho a la felicidad.

No cabe duda que varios de los involucrados en la realización del film, desde el momento de la elaboración del guion hasta la puesta en escena, teniendo conciencia de su vocación cristiana, deciden denunciar las injusticias y generar conciencia de un problema social, en este tiempo.

Eduardo Verastegui - Productor, Jim Caviezel – actor principal, Tim Ballard – testigo de los hechos en los que se basa, entre otros, participan en la producción. Y aunque hay quienes desde su lanzamiento tratan de desmentir los hechos y negar la historicidad de la película, hay casos judiciales e informes que dan razón de los hechos.

La película invita a actuar procurando la protección y la dignidad de los niños. En ella se hace una observación, que tiene a la base una convicción: “los niños de Dios, no están a la venta”. Esta afirmación plantea la pregunta: ¿a quién pertenecen los niños? Recordando lo que por fe un cristiano debe confesar: todos somos Hijos de Dios.

En ella se presentan impactantes escenas que reflejan el sufrimiento y la fragilidad de los niños que están siendo manipulados; de padres que pueden ser engañados y pueden sufrir por la ausencia y desaparición de algunos de sus hijos. Escenas que muestran cómo quienes pretenden liberar a los seres humanos, están corriendo un auténtico peligro, y sin embargo vale la pena.

Cabe señalar que hay personas que dicen haberla visto y quedar chocados por las duras realidades que allí se presentan, no obstante, a diferencia de muchas de las películas de suspenso o acción que nos vienen de Hollywood, en las escenas no se muestra la carga de sangre derramada o actos sexuales explícitos de muchos otros filmes, lo cual permite evidenciar el respeto y cuidado que se tiene por las personas involucradas.

Es preciso decir que algunas de estas escenas se grabaron en Colombia, pues el drama de los niños explotados pasa por nuestro país, como la misma historia en que se basan los hechos. Y a pesar de los escenarios nacionales, la película no estigmatiza a un país, por el contrario, denuncia un problema transnacional que afecta a niños y familias de muchas nacionalidades.

A continuación, Tráiler oficial: