Cristo en los niños con cáncer

Es un claro ejemplo de un sacerdote con alma de buen samaritano, donde a través de sus acciones como su servicio en el Instituto Nacional de Cancerología, muestra a una Iglesia que acompaña y que es misericordiosa. La parroquia Santo Domingo Savio está ubicada al norte de Bogotá y hace parte de la vicaría de San Pedro. Fundada canónicamente mediante Decreto N° 43, del 23 de noviembre de 1968. El padre Laureno lleva tan solo unos pocos meses como párroco.

Sin embargo, en su labor cotidiana, ha sabido pastorear su comunidad dando énfasis a la pastoral familiar, realizando un trabajo sólido y constante ya que “La familia, es la escuela de la evangelización” Enfatiza.

A la vez, se centra en el trabajo con los jóvenes, porque según afirma el padre Barón, ellos son “ La fuerza de la Iglesia”. Por esta razón los invita, motiva, y los acompaña, en diferentes grupos juveniles, entre los 9 años, hasta los 23 años de edad, como son; Iniciando el Camino, Effetá y por supuesto, Emaús.

Dentro de otras muchas actividades parroquiales, sagradamente el padre Laureano Barón, los días martes y viernes durante todo el día; y el día sábado en la noche, se traslada a la calle 1 con 9 , al sur de la ciudad, al Instituto Nacional de Cancerología para escuchar, dialogar, y ayudar llevando la Palabra de Dios y los sacramentos; a niños, adoslecentes y adultos que atraviesan por la enfermedad del cáncer y sus tratamientos.

Presencia de la Iglesia que no solo llega a estas personas que están allí viviendo esta enfermedad, sino que involucra a todo el cuerpo médico, profesionales de la salud en diferentes áreas, enfermeras, cuidadores, familias,  y que participan en la celebración de la eucaristía, recorridos y oraciones y diferentes actividades.

Cristo presente en esta enfermedad

Adicionalmente, el padre Laureano, no llega con las manos vacías al Instituto Cancerológico, llega con un obsequio; les regala una cruz, pequeña, del tamaño de una mano, de origen italiano, y que son importadas. Y se las entrega para que la aprendan a usarla; es así como les explica que la pueden besar en los pies del Señor de esta cruz; como un símbolo del perdón.

Besarla en la mano derecha del Señor en esta cruz, un beso cuando se logran buenas acciones, de agradecimiento. La izquierda, para que Dios pueda sostenerlos en lo momentos de dolor y difíciles, es la mano del sacrificio. Y por último, besar el rostro de Jesús, en esta cruz, en los momentos de angustia y soledad, para obtener la confianza del Señor. Las bendice y la pone en sus manos. “Es ver a Jesucristo en esta enfermedad”, por esta razón, este regalo, aclara el padre.

La alegría en el servicio

Cabe recordar que el padre Laureno Barón Casas, nació en Bogotá, el 08 de enero de 1959. Estudió música en el Conservatorio Nacional (1980), Ingeniería Civil en la Universidad Nacional (1984), Filosofía en la Universidad Santo Tomás de Aquino (1994-1995) y Teología en el Seminario Mayor (1996-1999).  Fue ordenado sacerdote el 4 de diciembre de 1999 por el Señor Cardenal Pedro Rubiano Sáenz, para el servicio de la Arquidiócesis de Bogotá.

Entre varios de los oficios eclesiásticos desempeñados podemos mencionar; párroco en santa María de Jerusalén (2001), capellán en el Instituto San Pablo Apóstol (2003), miembro del Consejo Superior de la Fundación Casa del Sacerdote Mayor (2008). Subdirector del Instituto San Pablo Apóstol (2009), párroco en María Auxilio de los Cristianos (2014).

Miembro de la junta directiva del Instituto San Pablo Apóstol (2014), capellán del Colegio Parroquial del Inmaculado Corazón de María (2015). Animador del equipo arquidiocesano para la formación permanente (2019), Miembro del Consejo Presbiteral, entre otros oficios.

 “Para mí es un honor servirle a los enfermos”. Reitera el padre Laureno Barón Casas, quien es nuestro invitado especial.  Veamos entrevista a continuación: