Una comunidad en transformación: Parroquia La Anunciación de Nuestra Señora
Esta parroquia, que ha sido el corazón espiritual por más de cinco décadas del barrio Andes que hace de la localidad de Barrios Unidos al norte de Bogotá, fue fundada oficialmente el 9 de mayo de 1970 por decreto de la Arquidiócesis de Bogotá. Hace parte de la Vicaría Cristo Sacerdote.
Desde su creación, la parroquia ha sido un lugar de encuentro para los fieles, quienes en los años 60 empezaron a reunirse en espacios improvisados para celebrar la misa, cuando el barrio aún estaba en desarrollo. En sus inicios, las misas se celebraban en casas de vecinos o en un lote vacío, gracias al apoyo de sacerdotes de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe. El primer paso hacia la construcción de la iglesia fue liderado por un grupo de visionarios como don Víctor Suárez De Castro y el arquitecto Rafael Ramírez, quienes proyectaron los primeros planos de la iglesia.
Con el paso del tiempo, la parroquia fue tomando forma. Monseñor Álvaro Fandiño Franky fue un pilar clave en su consolidación, aunque inicialmente quiso nombrarla "La Sagrada Eucaristía", el nombre que hoy lleva, La Anunciación, fue decidido por monseñor Aníbal Muñoz Duque. Desde entonces, ha habido una sucesión de sacerdotes comprometidos que, junto a la comunidad, han trabajado incansablemente en la construcción física y espiritual del templo.
Ahora, bajo la guía del padre Nelson Ernesto Antolinez Pinto, quien llegó en junio de 2023, la parroquia sigue creciendo y consolidándose como un referente de espiritualidad y unidad en la ciudad.
Evolución de la comunidad
Originalmente, el barrio Los Andes era un lugar lleno de familias jóvenes. "Era un barrio muy familiar, con niños y jóvenes, de familias de estratos 3 y 4", comenta el padre. Sin embargo, con el paso del tiempo, la realidad ha cambiado drásticamente. "Hoy en día, el barrio está compuesto en su mayoría por personas mayores. Los hijos crecieron y se fueron, y ahora quedan los padres de esa época".
Esta transformación también se refleja en la asistencia a la parroquia. Aunque la parroquia sigue recibiendo fieles, la población joven es mínima. "Relativamente, es poca la gente joven que viene", añade el padre Antolinez.
Una comunidad religiosa pero con retos
La parroquia cuenta con seis misas dominicales, y según el padre Nelson, “La misa de las 12 del mediodía es la más concurrida, con alrededor de 230 personas, las otras misas tienen una asistencia menor. "El reto es grande, porque cada vez es más difícil llamar a los jóvenes a participar", confiesa.
Grupos parroquiales: apoyo y evangelización
La parroquia cuenta con varios grupos parroquiales que ayudan en la labor pastoral. Entre ellos destacan el grupo de Pastoral Familiar, la Infancia Misionera y la Escuela de Evangelización. Aunque algunos de estos grupos están conformados por pocas personas, como la Infancia Misionera, que tiene solo cinco niños, el padre Nelson valora la diversidad de actividades que se ofrecen. "Hemos tratado de tener diversidad de cosas para que cada uno mire qué le gusta, qué le ayuda sobre todo en su fe", afirma.
Desafíos actuales: una comunidad mayormente adulta
Uno de los mayores desafíos que enfrenta la parroquia es la atención a la población anciana. "En este momento, atendemos cinco hogares geriátricos, llevando la comunión a los ancianos", comenta el sacerdote, pero señala que no siempre es fácil debido a las condiciones de salud de los residentes. "Es un reto muy grande, porque muchas veces se les va a llevar la comunión y no hay oportunidad de hablarles, ya que están dormidos", explica.
A pesar de las dificultades, el padre Nelson ha visto frutos en su labor. "La gente que viene está inquieta acerca de la palabra de Dios", destaca. Las reuniones de formación, como la Lectio Divina y los encuentros con ministros de comunión, han sido espacios valiosos para profundizar en la fe.
Mensaje y bendición para la comunidad
Para finalizar, el padre Nelson Antolinez ofreció un mensaje de esperanza para su comunidad: "Lo más importante en este momento es estar bajo la mano del Señor, escuchando su palabra y dejando que sea ella la que realice en nosotros su obra". Además, recordó la importancia del icono de la Anunciación, símbolo de la fe en la parroquia. "Como la Virgen María, escuchar la palabra y dejar que el Espíritu Santo engendre en nosotros una nueva naturaleza".
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