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Sínodo, la importancia de discernir los consensos que hagan caminar a la Iglesia

17 de octubre de 2024
sacerdote
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ACI Prensa
La unidad de la Iglesia y las competencias de las Conferencias Episcopales, en un estilo cada vez más sinodal

Fueron algunos de los temas abordados en los trabajos en el Aula Pablo VI de la segunda sesión del Sínodo sobre la sinodalidad. Si bien el papel de los expertos teólogos y canonistas en esta segunda sesión del Sínodo sobre la sinodalidad y la importancia de discernir, entre las propuestas de los participantes, estuvo en el centro de la discusión el consenso que hace avanzar a la Iglesia, escuchando al Espíritu. Intervenciones de los cuatro invitados a la rueda de prensa informativa para periodistas de hoy en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Las primeras propuestas de los informes de las mesas lingüísticas

Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación y presidente de la Comisión de Información, y Sheila Pires, secretaria de la Comisión, hicieron balance de lo que ocurre en el Aula. Desde ayer, cuando asistieron 328 personas, "hemos estado discutiendo la última parte del Instrumentum laboris, y los círculos menores han trabajado para luego poder presentar, con los ponentes de las mesas por lenguas, una primera propuesta" de temas que hay que abordar, dijo Ruffini. Y esta mañana, con 347 presentes, se presentaron estos informes.

El mundo digital y las parroquias

En el Aula Pablo VI, subrayó el Prefecto, se dijo que "desde el principio la Iglesia se refería a la ciudad, a los lugares en los que vivía, guiada por el obispo en una estrecha relación con el territorio". Y también que "la Iglesia debe habitar el mundo digital" mirando "los peligros que existen". De los grupos "surgió la atención a las parroquias como lugares de encuentro - prosiguió Ruffini - pero también la necesidad de ser creativos e imaginar, de ampliar los lugares de nuestra Iglesia en otros ámbitos", por ejemplo, el digital. Además, se subrayó "la necesidad de identificar y fortalecer las estructuras sinodales ya existentes, en un intercambio de dones entre las Iglesias locales y las Iglesias continentales". Y de las Conferencias Episcopales se ha dicho que "favorecen la communio, pero que quizás aún sea necesario definir mejor su estatuto".

El papel sinodal de las Conferencias Episcopales

Ruffini también informó que "se abordó la cuestión de si delegar o no competencias doctrinales a las Conferencias Episcopales y la importancia de descubrir la belleza de las diferentes culturas que, sin embargo, no son suficientes por sí solas". Además, añadió, "se habló de las Conferencias Episcopales continentales como el lugar adecuado para tejer la sinodalidad, a nivel continental" y "de cómo valorizar las Conferencias Episcopales como niveles de colegialidad intermedia". Los participantes estuvieron de acuerdo, subrayó el prefecto del Dicasterio para la Comunicación, al señalar "la importancia de preservar la unidad de la Iglesia".

El ministerio petrino al servicio de la unidad

“Hablamos del ministerio del Papa en los tiempos de la globalización - prosiguió Ruffini - y de su servicio a la unidad no sólo de la Iglesia católica, sino también respecto de los demás cristianos y como máxima autoridad moral y espiritual”. Para identificar los temas de discusión y sus prioridades, partimos de las "Conferencias Episcopales en clave sinodal y misionera: naturaleza teológica, competencias y autoridad en el campo doctrinal, litúrgico, pastoral, disciplinar y administrativo". En esencia, nos preguntamos "cómo reconfigurar la participación en clave misionera en un contexto de tiempos cambiantes, frente a los fenómenos de la movilidad humana, en la cultura y en el entorno digital". Y, nuevamente, “cómo mantener unidas sinodalidad, colegialidad y primado; el papel de la Curia Romana a la luz de la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium; Sínodo universal, asambleas eclesiales continentales, sínodos y concilios particulares". Los temas siguientes serán: "los criterios para definir como saludable la descentralización y luego la Iglesia de las Iglesias, el intercambio de dones, la articulación local universal, la subsidiariedad y las Iglesias sui iuris".

La evangelización del mundo de la cultura

En su discurso, Sheila Pires subrayó, entre los diversos temas, la atención a la evangelización del mundo de la cultura, el reconocimiento de que todos estamos en tierra de misión y el papel de las pequeñas comunidades de base que pueden hacer más vitales las parroquias. En conclusión, afirmó Pires, “el Sínodo destacó la necesidad de adaptarse a los cambios culturales y digitales, promoviendo una Iglesia más sinodal y misionera: el debate subrayó la unidad de la fe y la capacidad de la Iglesia para responder a los desafíos contemporáneos”.

Los cuatro invitados a la rueda de prensa

A continuación, siguieron a los ponentes en la mesa el italiano don Darío Vitali, coordinador de los expertos teológicos del Sínodo, profesor de eclesiología en la Pontificia Universidad Gregoriana; el español Don José San José Prisco, catedrático de Derecho Canónico y decano de la Universidad Pontificia de Salamanca, de la Cofradía de Sacerdotes Obreros Diocesanos, experto en formación y vocación; Klára Antonia Csiszàr, rumana de nacimiento pero decana de la facultad de Teología y vicerrectora de la Universidad Católica de Linz en Austria; y, finalmente, el australiano Don Ormond Rush, teólogo consultor de la Secretaría del Sínodo, profesor de la Universidad Católica Australiana de Brisbane.

Vitali: el trabajo colegiado de los cuatro grupos de teólogos

En su discurso, Don Darío Vitali subrayó que la tarea de los cuatro grupos lingüísticos de teólogos que coordina (inglés, francés, español-portugués, italiano) es "releer las propuestas de la Asamblea, captando los elementos de consenso que van surgiendo" y crear informes colegiados que indiquen "a quienes deben redactar el texto final los elementos de convergencia y los problemáticos". En el camino de una Iglesia que escucha al Espíritu lo que importa es el consenso, no hay necesidad de buscar y resaltar el elemento disonante. A nosotros, los teólogos, aclaró don Vitali, nos corresponde "reconocer el tipo de consenso que madura en la asamblea, para que el texto sea coherente con lo compartido entre los participantes y con lo que el Espíritu indica a la Iglesia". El trabajo de los cuatro grupos lingüísticos es un ejemplo del estilo sinodal, subrayó, fruto del trabajo colaborativo entre teólogos iniciado en 2021, junto con el camino sinodal. Mientras que en sínodos anteriores los teólogos interactuaron por separado con la Secretaría del Sínodo.

Prisco: los canonistas y las propuestas del Sínodo

Como miembro de la comisión canónica del Sínodo, don José San José Prisco recordó que el trabajo de los canonistas en esta asamblea es un trabajo conjunto con el de los teólogos, "mientras que en el pasado la Teología y el Derecho Canónico han caminado muchas veces sobre dos líneas paralelas". Más bien, es necesaria la complementariedad, el trabajo conjunto. Los trabajos del Sínodo, continuó don Prisco, se refieren "especialmente al libro segundo del Código de Derecho Canónico, dedicado al Pueblo de Dios". La comisión de canonistas, subrayó, nació de una necesidad surgida de los participantes: un grupo de expertos en derecho canónico que acompañaría y evaluaría las propuestas del Sínodo, "para identificar las posibilidades de modificaciones o nuevas normas que puedan mejorar derecho canónico, latino y oriental".

Csiszàr: “la melodía de la sinodalidad” en los Foros

La teóloga pastoral Klára Antonia Csiszàr subrayó la importancia de la contribución teológica de los Foros, que "se refiere también al conocimiento de los demás y permite modular la cultura sinodal en la Iglesia". El año pasado, al final de los trabajos sinodales, alguien subrayó que "la teología no ha recibido mucha atención", pero en los foros teológico-pastorales, para Csiszàr "hoy vemos que la teología está aprendiendo su papel en la Iglesia sinodal, y de 'su contribución al estilo sinodal'. Son elementos que "ayudan a regular la melodía básica de la sinodalidad, la teología del Pueblo de Dios". Porque la comunidad científica teológica, concluyó, "quiere apoyar el nacimiento de una Iglesia sinodal".

Rush: respuestas para anunciar el Evangelio en nuevos contextos

El teólogo australiano Don Ormond Rush, en la asamblea de 2023, aportó una interesante consideración sobre el concepto de tradición viva: "la revelación viva no es sólo verdades estáticas, sino un diálogo continuo entre Dios y la humanidad". En su discurso explicó que en esta segunda Sesión entramos "en el proceso de la tradición viva de la Iglesia, para actualizar el mensaje del Evangelio". Y subrayó que la teología tiene la tarea de ayudar a la Iglesia a llevar el mensaje de Dios a todos, escuchando también el Sensus fidei de cada uno. La Iglesia hoy, para Rush, debe interpretar "los signos, las parábolas y el modo en que Jesús se conecta con el siglo XXI". Con la ayuda de la teología, "también gracias al Concilio Vaticano II, que sigue siendo una luz para nosotros". Saber leer los signos de los tiempos, concluyó, “es fundamental para una nueva comprensión de la visión de Dios sobre la vida humana hoy. Se necesitan nuevas respuestas que permitan a la Iglesia anunciar el Evangelio de manera convincente en los nuevos contextos en los que vive”.

Las competencias doctrinales de los obispos y de las Conferencias

La posible descentralización de competencias doctrinales a las Conferencias Episcopales, el estudio y aprobación de cambios en el derecho canónico y el papel de los teólogos fueron los principales temas abordados por las preguntas de los periodistas. Don Vitali recordó cómo "incluso el documento considerado más restrictivo desde el punto de vista de una posible transferencia de funciones doctrinales" del centro a la periferia, "es decir, el motu proprio Apostolos suos de Juan Pablo II, de 1998, en realidad afirma en números 21 que "los obispos son auténticos médicos y maestros de la fe para los fieles confiados a su cuidado", e identifica sus responsabilidades específicas, como por ejemplo el cuidado de la publicación de los catecismos para sus territorios, ciertamente después de la "aprobación de la Sede Apostólica”. Además, en este sentido también hay una disposición significativa en el Praedicate evangelium del Papa Francisco". Por ello, el teólogo reiteró que "aunque no puedan formular dogmas, los obispos pueden ocuparse de todo lo concerniente a la doctrina, cuidando siempre de actuar en comunión con el Pontífice".

Actualización de las normas canónicas

San José Prisco destacó que, desde el punto de vista canónico, "puede haber algunas innovaciones". De hecho, varios puntos -incluidos los consejos pastorales o los de asuntos económicos, o los órganos que prevén la colaboración activa entre pastores, religiosos y laicos-, "sobre los cuales la Asamblea ha llegado a un acuerdo, serán presentados al Papa en el documento final, y quizás verán una actualización ya el próximo verano"; mientras que, en otros, "habrá mayor cautela, porque requerirán más consultas".

Aunque no haya consenso sobre algunas cuestiones, el debate no ha terminado

Hay cuestiones, se ha señalado, que, sobre todo desde el punto de vista teológico, probablemente no tendrán respuestas definitivas en este Sínodo, como las cuestiones de género o el ministerio de la mujer, por ejemplo. “Pero lo que siempre debemos tener en cuenta – explicó Don Rush – es la capacidad de lograr un consenso. Cuando esto no existe en algunos temas, significa que la discusión debe continuar, no necesariamente que se cierre para siempre". Vitali también intervino para hacerse eco de él, subrayando que "la asamblea sinodal proporciona indicaciones de horizonte, que de hecho se expresan a través del consenso", y destacó cómo la autoridad y la autoridad del Sínodo deben luego "distinguirse de lo que es más bien de los teólogos", deber de libertad de investigación, que tal vez pueda conducir a un consenso en el futuro".

Un documento final comprensible para todos

Lo que "está muy claro y presente en los padres y madres sinodales - recordó finalmente Ruffini - es la atención al lenguaje: todos somos conscientes de que estamos llamados a redactar un documento final, que no sólo debe ser entregado al Papa, pero que debe ser comprensible para todo el pueblo de Dios". Hablando de su experiencia, Csiszár destacó la importancia que está jugando la teología en el Sínodo, también en el "intercambio de dones" entre las tradiciones y experiencias de Europa occidental y oriental. “Es fundamental tener siempre presente el sensus fidei”, intentando “transformar la doctrina en práctica y potenciar el papel de acompañamiento y defensora de la dignidad humana que la Iglesia puede tener hacia el pueblo de Dios”. Sobre esto, Rush - recordando el Concilio Vaticano II - reiteró cómo "la revelación es un diálogo continuo entre Dios y la humanidad" y los teólogos "pueden ayudar a la Iglesia a continuar su tradición viva".

Fuente:
Vatican News
Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones
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