Papa Francisco citó esta mañana a San Basilio de Cesarea: «El dinero es el estiércol del diablo», «cuando se convierte en un ídolo, rige las decisiones del hombre».

El Pontífice recibió esta mañana en el Aula Pablo VI a la confederación de cooperativas italianas y subrayó que «el dinero al servicio de la vida puede ser administrado…
Papa Bergoglio sugirió mayor colaboración entre las cooperativas bancarias y las empresas, e invitó a pagar «salarios más justos» y actuar para «hacer que las familias vivan con dignidad».
«La economía cooperativa, si es auténtica, si quiere desempeñar una función social fuerte –prosiguió el Pontífice argentino– debe perseguir objetivos transparentes y diáfanos, promover una economía de la honestidad, una economía que sane en el mar insidioso de la economía global. Una verdadera economía promovida por personas que solo quieren el bien común».
«Las cooperativas deben seguir siendo el motor que eleva y desarrolla a la parte más débil de nuestras comunidades locales –exhortó el Papa– y de la sociedad civil. Por ello es necesario mantener en primer lugar la fundación de nuevas empresas cooperativas, además del desarrollo de las existentes, para crear principalmente nuevas posibilidades de trabajo que hoy faltan». Francisco recordó además la reflexión de Benedicto XVI en la “Caritas in veritate”, es decir que «el mundo necesita una economía del don».
Jorge Mario Bergoglio lanzó un llamado para «luchar en contra de la prostitución de las cooperativas», que «engañan a la gente con un buen nombre» y pretenden lucrar. Pero, «¿cómo luchar solo? ¿Luchar con las ideas? Luchen con la cooperativa justa, la cooperativa verdadera, la que siempre vence».
«Fe e identidad son la base –continuó. ¡Sigan adelante, pues, y caminen juntos con todas las personas de buena voluntad! Y esta también es una llamada cristiana, una llamada cristiana a todos: los valores cristianos no son solo para nosotros, son para compartirlos, y compartirlos con los demás, con los que no piensan como nosotros, pero quieren lo mismo que queremos nosotros; sigan adelante con valentía, sean buscadores, poetas, sigan adelante».
Después prosiguió para recordar que, ahora, «la regla, no digo normal, habitual, pero muy a menudo se ve que tú buscas trabajo, vas a esta empresa que te ofrece 11 horas de trabajo al día y 600 euros (al mes, ndr.). “¿Te gusta?, ¿No? Entonces, vete a casa”. ¿Qué se puede hacer en este mundo en el que hay colas de gente que buscan trabajo? Si tú no aceptas, otro aceptará. El hambre nos hace aceptar incluso el trabajo “en negro” (informal, ndr.), por poner un ejemplo, incluso el personal doméstico: ¿cuántos hombres y mujeres en el trabajo doméstico cuentan con el ahorro social para la jubilación.
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