Monseñor Luis Manuel Alí: “Nuestro compromiso es hacer de la Iglesia un lugar seguro para los más vulnerables”
Con ocasión del Día Mundial para la Prevención del Abuso contra niños, conmemorado el pasado 19 de noviembre, monseñor Luis Manuel Alí Herrera, secretario de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, compartió algunas reflexiones en entrevista con Poliedro Latinoamericano.
El obispo resaltó la importancia de la lucha contra todo tipo de abusos, reafirmando el compromiso de la Iglesia católica de construir espacios seguros para los más vulnerables.
Tras cuatro meses como secretario de la Comisión y con una trayectoria que data de diciembre de 2014 como miembro, monseñor Alí considera esta labor una “llamada del Señor”. Desde su experiencia en la Arquidiócesis de Bogotá y la Conferencia Episcopal Colombiana, remarcó la necesidad de implementar y fortalecer las líneas guías para la cultura del cuidado: “Para hacer de nuestra Iglesia un lugar seguro para nuestra niñas, niños, adolescentes y personas vulnerables”.
Red Latinoamericana para la Cultura del Cuidado
La autoridad eclesial resaltó el reciente encuentro latinoamericano y caribeño de comisiones de prevención de abusos, asegurando que una de las resonancias más importantes fue la implementación de la Red Latinoamericana para la Cultura del Cuidado: “Fue un momento muy interesante, muy importante, no solo porque fue como un sentir lo que estaba haciendo la Iglesia en todas estas iniciativas de prevención, de protección, de atención a víctimas, sino también un compromiso de saber que no podemos ser llaneros solitarios, que nuestro trabajo debe ser en red”.
“Creo que lo más importante es tomar conciencia que tenemos que hacer red”, dijo, insistiendo en la necesidad de trabajar en conjunto, para alimentarse de todas las experiencias que han tenido las Iglesias. Además, no solo se habla de los abusos sexuales, sino también del abuso de conciencia y de poder.
El obispo dijo que el papa Francisco ha impulsado desde el inicio de su pontificado una cultura de cuidado y tolerancia cero frente a los abusos dentro de la Iglesia. Sin embargo, a pesar de los avances, los desafíos persisten debido a la disparidad en la implementación de políticas y estructuras a nivel global: “Hay conferencias episcopales, congregaciones religiosas, que llevan muchos años de trabajo, muchísimos años de implementación de sus políticas, de sus oficinas de atención a las víctimas, y otras que ni siquiera han comenzado”.
Líneas guías
“Las líneas guía son ese mapa que les da a las personas los criterios y los indicadores para saber cómo actuar ante esta situación (de abuso)”, explicó agregando que estas aportarán en la realización de las estrategias de prevención, atención a las víctimas y protocolos de denuncia. Asimismo, incluyen la obligación de reportar los casos a la autoridad civil y la garantía de iniciar procesos canónicos en busca de justicia.
Aclaró que las líneas guía son un trabajo que se ha hecho hace muchos años, pero no de manera homogénea en toda la Iglesia. El obispo dio a conocer que las primeras líneas guías sobre el tema se dieron en países como Canadá, en 1985, Estados Unidos, en 1992, y desde hace unos 14 años se ha comenzado a trabajar a nivel universal, “es decir, en todas las iglesias locales y nacionales católicas”.
Implementación de políticas de prevención
El prelado se refirió a la implementación de las oficinas de recepción de denuncias en todas las diócesis del mundo, como lo establece el documento Vos Estis Lux Mundi (Vosotros sois la luz del mundo), y reconoció que, aunque hay avances significativos, las diócesis recientemente van implementando estas oficinas especializadas para recibir las denuncias de las víctimas, y que, de esta manera, se pueda seguir el debido proceso canónico y en paralelo el reporte a la autoridad civil.
Donde aún no se cuenta con oficinas especificas se puede notificar lo acontecido a la curia, pero lo ideal es contar con una oficina que se encargue de las denuncias, que ayude en todas las campañas y en todas las políticas de prevención, que acompañe a las víctimas luego en su reparación y en su sanación integral. El obispo puso de ejemplo la apertura de 14 nuevas oficinas en diócesis de Colombia, donde se cuenta con 78 jurisdicciones eclesiales.
Monseñor Luis Manuel Alí animó a las personas que pasaron por una situación de abuso a acercarse a las oficinas en su diócesis y les recordó su derecho a ser escuchadas y recibir información sobre sus casos: “Óigame bien, ustedes tienen el derecho de ser informadas. Entonces, eso no es un favor que les van a hacer, es un derecho que tienen como fieles, pero también un derecho que tienen como víctimas; por eso, insisto, pueden acercarse, pueden llamar y exigir que les digan cómo va ese proceso”.
A la sociedad en general, el obispo envió un mensaje: “Por favor, acompáñenos en sus oraciones, oremos también por todas estas víctimas, por sus familias, para que sientan esa misericordia, esa bondad del Señor, y para que sientan también justicia en sus casos. Y no dejen de orar por todo este esfuerzo y este propósito que hacemos de hacer de nuestra Iglesia un lugar seguro para niñas, niños, adolescentes y personas vulnerables”.
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