“La unidad se consigue cuando uno se esfuerza por poner a Dios, y no a uno mismo, en el centro”
Afirmó el papa Francisco este 9 de octubre, ante más de 20 mil personas reunidas en la Plaza de San Pedro del Vaticano, para escuchar su catequesis en la Audiencia General.
El pontífice, en desarrollo de la octava catequesis del ciclo dedicado al “Espíritu Santo y la Iglesia”, se refirió a la razón por la que cuesta tanto conseguir la unidad: “Cada uno quiere la unidad, pero en torno a su propio punto de vista, sin pensar que la otra persona que tiene enfrente piensa exactamente lo mismo sobre «su» punto de vista”.
Esta postura, explicó, genera que, incluso dentro del matrimonio y de la familia, la unidad y la concordia sean de las cosas más difíciles de alcanzar, y aún más difíciles de mantener”.
Ante esta realidad, afirmó que la unidad de Pentecostés, según el Espíritu Santo, “se consigue cuando uno se esfuerza por poner a Dios, y no a uno mismo, en el centro”.
“La unidad cristiana también se construye así: no esperando a que los demás se unan a nosotros donde estamos, sino avanzando juntos hacia Cristo”, remarcó.
El Espíritu Santo trabaja por la unidad de la Iglesia y de todos
“Por un lado, empuja a la Iglesia hacia el exterior, para que pueda acoger más y más personas y pueblos; por otro, la reúne en su interior para consolidar la unidad alcanzada. Le enseña a extenderse en la universalidad y a recogerse en la unidad”.
En este sentido señaló que la universalidad está compuesta de una expansión étnica y geográfica, como cuando san Pablo llevó el Evangelio hasta Europa, fuera de Asia.
En cuanto a la unidad, recordó el Concilio de Jerusalén y puntualizó que “el problema es cómo conseguir que la universalidad alcanzada no comprometa la unidad de la Iglesia”.
“El Espíritu Santo no siempre obra la unidad de repente, con intervenciones milagrosas y decisivas, como en Pentecostés”, añadió.
Explicó que “también lo hace — y en la mayoría de los casos — con un trabajo discreto, respetuoso con el tiempo y las diferencias humanas, pasando por las personas y las instituciones, la oración y la confrontación. De una forma, diríamos hoy, sinodal”.
Por último, remarcó que “el Espíritu Santo no obra la unidad de la Iglesia desde el exterior, no se limita a ordenarnos que estemos unidos (...) Él mismo es el ‘vínculo de la unidad, es Él el que hace la unidad de la Iglesia”, concluyó.
A continuación, Audiencia General este miércoles 10 de octubre 2024
Fuente Disminuir
Fuente