La Santa Sede: La IA recurso para la paz, pero también potencial amenaza existencial

Orientar el desarrollo de las «tecnologías emergentes» para que estén al servicio del bien común y de la dignidad humana, rechazando un mundo en el que los conflictos y las decisiones estén dominados por los algoritmos, es la visión expresada, durante la última semana de febrero, por monseñor Richard Gyhra, observador permanente del Vaticano, en desarrollo del Foro para la Seguridad y la Cooperación de la OSCE.
La responsabilidad del hombre
«No se pueden eludir las graves cuestiones éticas relacionadas con el sector del armamento», con estas palabras del papa Francisco, monseñor Gyhra abrió su intervención, el 26 de febrero, sobre el tema «Uso militar responsable de las tecnologías nuevas y emergentes». En el centro de su reflexión estuvo la necesidad de salvaguardar los «principios éticos» que «sostienen el valor intrínseco de cada persona» y su capacidad de discernimiento y «asunción de responsabilidades».
Menor percepción de los daños de la guerra
Sobre el tema de las tecnologías emergentes, Gyhra llamó la atención sobre la Inteligencia Artificial, un recurso que puede ser una herramienta para la «paz» y la «seguridad», pero también una potencial amenaza «existencial» para la humanidad. El uso de sistemas de control remoto para operaciones militares, señaló, puede reducir la «percepción de devastación» causada por la guerra, como ya puso de relieve la reciente nota de Antiqua et Nova sobre la relación entre IA e inteligencia humana.
Opacidad jurídica y cuestiones éticas
Otro peligro es el creciente uso de «tecnologías autónomas», que corren el riesgo de delegar las decisiones militares en las máquinas, sustrayéndolas a la supervisión humana. Esto genera «opacidad jurídica» y serios interrogantes éticos. En este contexto, el observador permanente mencionó los Sistemas de Armas Autónomas Letales (LAWS), capaces de identificar y atacar objetivos sin intervención humana directa. «Ninguna máquina debería elegir jamás quitar la vida a un ser humano», reiteró, citando de nuevo al papa Francisco.
El desarrollo humano integral en el centro
Las preocupaciones expresadas por la Santa Sede, aclaró el prelado, no pretenden frenar el progreso, sino fomentar la investigación y el desarrollo éticos de las nuevas tecnologías. El objetivo es integrarlas en un «marco más amplio», que no se limite a su utilidad y eficacia, sino que ponga en el centro la promoción del desarrollo humano integral.
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