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La familia necesita oración, no chismes

24 de marzo de 2015
La familia necesita oración, no chismes

"La Iglesia, como madre, no abandona nunca a la familia, incluso cuando está envilecida, herida y mortificada de diferentes maneras. Ni siquiera cuando cae en el pecado,…

El Papa mandó distribuir una oración entre los fieles que estaban en la Plaza para recitar todos juntos la plegaria en la que se insiste en el «carácter sacro e inviolable» de la familia. Al final de la audiencia, el Papa hizo un llamado por los trabajadores de la Provincia de Vibo Valentia y, en general, a luchar contra «la injusticia del trabajo».

 

En su catequesis de la audiencia general, celebrada el cuarto y último miércoles de marzo, en coincidencia con la fiesta de la Anunciación, el Papa Francisco propuso un momento de oración a los miles de fieles y peregrinos que a pesar de la lluvia se habían dado cita en la Plaza de San Pedro. Al recordar la visita a María del Arcángel Gabriel, que le anuncia que concebirá y dará a luz al Hijo de Dios, el Obispo de Roma explicó que con este anuncio, el Señor ilumina y refuerza la fe de la Virgen, como hará luego con su esposo, José, para que Jesús nazca y sea acogido en el calor de una familia.

Teniendo en cuenta que en muchos países se celebra la Jornada por la Vida, en el 20º aniversario de la promulgación de la Evangelium vitae, la encíclica de San Juan Pablo II sobre el valor y el carácter inviolable de la vida humana, en la que – como dijo el Papa – la familia ocupa un puesto central, Francisco destacó que desde el principio, Dios bendijo al hombre y a la mujer para que formaran una comunidad de amor para transmitir la vida. También recordó que en el sacramento del matrimonio, los esposos cristianos se comprometen con esta bendición durante toda la vida; y la Iglesia, por su parte, se obliga a no abandonar a la nueva familia, ni siquiera cuando ésta se aleje o caiga en el pecado, llamándola siempre a la conversión y a la reconciliación con el Señor. Por eso – dijo también el Santo Padre – la Iglesia necesita una oración llena de amor por la familia y por la vida. De ahí su propuesta de rezar insistentemente por el próximo Sínodo de los Obispos, sobre la familia, para que la Iglesia esté cada vez más comprometida y más unida en su testimonio del amor y la misericordia de Dios con todas las familias. «Todos (el Papa, los cardenales, los obipos, los sacerdotes, los religiosos, las religiosas y los fieles laicos), todos somos llamados a rezar por el Sínodo –indicó el Papa. Esto es lo que se necesita, ¡no chismes!», subrayó.

Este es el texto de la oración que recibieron los fieles que se encontraban en la Plaza San Pedro: «Jesús, María y José, en ustedes contemplamos el esplendor del verdadero amor, a ustedes, con confianza, nos dirigimos. Santa Familia de Nazaret, haz que también nuestras familias sean lugares de comunión y cenáculos de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas Iglesias domésticas. Santa Familia de Nazaret, que nunca más en las familias se viva la violencia, la cerrazón ni la división; que todos los que han sido heridos o escandalizados conozcan pronto consuelo y curación. Santa Familia de Nazaret, que el próximo Sínodo de los Obispos pueda volver a despertar en todos la consciencia del carácter sacro e unviolable de la familia, su belleza en el proyecto de Dios. Jesús, María y José, escuchen nuestra súplica. Amén».

Al final de la audiencia, el Papa saludó «con especial afecto» a los trabajadores de la Provincia de Vibo Valentia, «que están viviendo una grave situación económica. Deseo unirme –dijo– a las intervenciones de su obispo, mons. Luigi Renzo, expresando mi preocupación y cercanía frente sus graves problemas». Después, el Pontífice argentino lanzó un fuerte llamado para que «no prevalezca la lógica del provecho, sino la de la solidaridad y de la justicia. En el centro de cualquier cuestión, especialmente en el trabajo, siempre deben ir la persona y su dignidad. ¡Por ello tener un trabajo es una cuestión de justicia! Es una injusticia no poder tener trabajo. ¡Cuando no se gana el pan, se pierde la dignidad! Este es el drama de nuestro tiempo, especialmente para los jóvenes, que sin el trabajo, no tienen perspectivas de futuro y pueden convertirse en fáciles víctimas de las organizaciones de la malavida. Por favor, luchemos por esto: la justicia del trabajo. Debemos luchar por esto».

 

 

Como nota curiosa, Iván Ramiro Córdoba, entregó al Papa la camiseta número 2 del San Lorenzo de Almagro, el equipo del Papa, al final de la audiencia.

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