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Hoy celebramos a la Santa Madre Teresa de Calcuta, Premio Nobel de la Paz

5 de septiembre de 2023
Hoy celebramos a la Santa Madre Teresa de Calcuta, Premio Nobel de la Paz
Imagen:
alcoy.salesianos.edu
Cada 5 de septiembre la Iglesia universal celebra la fiesta de esta santa, figura central del siglo XX, ejemplo de liderazgo femenino desde la Iglesia.

Ella, impregnada de los valores del Evangelio, se convirtió en servidora de “los más pobres entre los pobres”, haciendo frente de manera efectiva a la indiferencia y el abandono que sufren los más débiles en el mundo moderno.

La Madre Teresa fue una inagotable defensora de la dignidad del pobre y de la vida humana en todos sus etapas-desde la concepción hasta la muerte natural-, así como una trabajadora incansable por la paz entre los pueblos.

 

Su mayor ambición no fue, ni remotamente, alcanzar premios o reconocimientos, sino compartir el amor de Cristo a través de la caridad y el sacrificio por los que sufren.

 

La también fundadora de las Misioneras de la Caridad -orden religiosa nacida en la India- fue canonizada el 4 de septiembre de 2016 por el Papa Francisco en una Misa celebrada en la Plaza de San Pedro.

La santa albanesa murió hace 26 años, el 5 de septiembre de 1997, en la ciudad de Calcuta (India), a los 87 años de edad.

La pobreza y el falso bienestar

Teresa de Calcuta dio una lección al mundo de cómo entender la pobreza y cuál debe ser la forma de enfrentarla: con amor cristiano y espíritu solidario, tal y como Cristo lo hizo. Por su entusiasmo y constancia puede ser considerada como un auténtico don de Dios para la Iglesia de hoy: el cristiano está llamado a amar a Cristo en el que sufre, en los más pobres, los tristes, los abandonados, los enfermos, los que están marginados o desechados por cualquier motivo.

Para ella, la pobreza más grande no es necesariamente la que se encuentra en los barrios o zonas marcadas por la precariedad -como, por ejemplo, la Calcuta en la que vivió-, sino más bien es esa que caracteriza a todos aquellos lugares donde el amor está ausente, donde la miseria moral corroe a los grupos humanos, incluso habiendo comodidades u opulencia.

Misionera de la caridad

La Madre Teresa nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, en ese entonces parte de Albania y hoy territorio de Macedonia. Su nombre era Gonxha Agnes Bojaxhiu, pero adoptó el de ‘Teresa’ al ingresar al Instituto de la Bienaventurada Virgen María, su primera familia espiritual.

Fue formada en un hogar católico, bautizada un día después de nacer, recibió la Primera Comunión a los cinco años y la Confirmación un año más tarde.

Teresa ingresó a la Congregación de las Hermanas de Loreto en 1928; y al año siguiente se embarcó hacia la India, donde hizo sus primeros votos, en 1937. Permaneció 20 años como miembro de dicha congregación, hasta que Dios le mostró otros caminos posibles. Así, el 7 de octubre de 1950 fundaría a las Misioneras de la Caridad, congregación poseedora de un carisma muy especial: entregarse a ‘los más pobres entre los pobres’ con una radicalidad sin precedentes en tiempos recientes.

En 1963, la Madre fundó la rama masculina de la congregación, los Hermanos Misioneros de la Caridad; en 1973 a las Hermanas Contemplativas y en 1979 a los Hermanos Contemplativos. En 1984 fundó a los Padres Misioneros de la Caridad y el movimiento Corpus Christi para sacerdotes.

Premio Nobel de la Paz

En 1979, la Madre Teresa recibió el Premio Nobel de la Paz por su labor tendiendo puentes para acercar a pueblos y culturas. Ella, una mujer católica residente en un país de mayoría hindú y musulmana, había logrado unir a los pobladores de la India en torno a una causa común: la defensa del ser humano y su dignidad incondicional.

La Madre impulsaba esta tarea con tal fuerza que logró conmover al mundo entero. Hizo visible al desamparado, al desprotegido, olvidado o rechazado, pero al mismo tiempo generó cadenas de solidaridad de dimensiones globales. Demostró que el discurso pierde valor si no se pasa a la acción, y que esa acción solo es posible si está sustentada en la oración, porque es la que mantiene encendido el fuego del amor.

En un mundo secularista, tecnificado, vuelto en contra del ser humano, porque no conoce ni la fe ni la esperanza, Teresa de Calcuta se abocó de manera particular a ayudar a bien morir a muchas personas que morían en las calles, no solo carentes de los mínimos recursos materiales, sino abandonados en todo sentido.

La santidad es posible porque amar lo es

Cuando fue llamada a la Casa del Padre el 5 de septiembre de 1997, la congregación que fundó contaba con 3,842 religiosas en 594 casas repartidas en todo el globo.

La Madre Teresa fue beatificada por su gran amigo San Juan Pablo II el 19 de octubre de 2003, quién la recordó de la siguiente manera:

 

“Saciar la sed de amor y de almas de Jesús en unión con María, la Madre de Jesús, se convirtió en el único objetivo de la existencia de la Madre Teresa, y en la fuerza interior que la impulsaba y la hacía superarse a sí misma e ‘ir deprisa’ a través del mundo para trabajar por la salvación y la santificación de los más pobres de entre los pobres”.

 

La canonización llegó 13 años después, y fue realizada por el Papa Francisco con ocasión de la celebración del “Jubileo de los voluntarios y operarios de la misericordia”. En esa oportunidad el Pontífice señaló que la "Madre Teresa, a lo largo de toda su existencia, ha sido una generosa dispensadora de la misericordia divina, poniéndose a disposición de todos por medio de la acogida y la defensa de la vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y descartada. Se ha comprometido en la defensa de la vida proclamando incesantemente que el ‘no nacido es el más débil, el más pequeño, el más pobre’".

Fuente:
Vatican News
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