Hay que tomar el camino de la paz fundamentado en la justicia: Cardenal Rueda
Monseñor dijo a este Diario que la guerra en el Medio Oriente es una derrota a la humanidad, aseguró que hay mucha preocupación en torno al conflicto entre Israel-Hamás.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo ve los hechos que se están suscitando entre Israel y Gaza?
LUIS JOSÉ RUEDA APARICIO: Seguimos con mucha preocupación y con dolor los hechos que están ocurriendo en Israel y en Palestina. Tal como ha dicho el Papa Francisco, la guerra es una derrota para la humanidad, y el terrorismo y la violencia no generan, sino muerte, sufrimiento y destrucción.
Estamos unidos en oración con los pueblos del mundo para pedir por la paz anhelada en esta región del mundo.
Acompañamos de cerca a las familias de quienes han sido víctimas de los ataques durante un día de fiesta en Israel, han perdido la vida también personas de Colombia y otros países de América latina. A todos ellos nuestra solidaridad y cercanía. Es el momento de unirnos en favor de la paz, como una sola familia humana para que se encuentren las mejores salidas a esta crisis.
ENS: ¿Cuál es su llamado para que se acabe la guerra en Medio Oriente?
LJRA: El llamado es para que cese toda violencia e injusticia. Que se encuentren los caminos para una paz que se fundamente en la justicia, en el reconocimiento de la dignidad de los pueblos y en el diálogo. El diálogo es siempre la salida. Al final siempre tendrás que llegar a alguna forma de diálogo y de entendimiento.
Medidas urgentes
ENS: ¿Qué salidas podrían existir para terminar la guerra?
LJRA: En primer lugar, se imponen medidas urgentes, incluida la liberación de todos los rehenes. Que se escuche el clamor de todos los pueblos del mundo que piden que cese toda forma de violencia.
Por supuesto que reconocemos el derecho legítimo a la defensa por parte del que se siente agredido. El asedio masivo a la Franja de Gaza nos preocupa por su impacto humanitario y puede incrementar la violencia y traer más sufrimiento.
ENS: ¿Qué caminos diplomáticos observa?
LJRA: Nuestro llamado es a que se hagan todos los esfuerzos diplomáticos desde todos los países, incluida Colombia, por supuesto, para contribuir a que esta guerra no continúe ni se siga escalando.
Es muy urgente que desde Colombia y desde toda la comunidad internacional se exija respeto por los derechos de la población civil y que se tomen todas las medidas para garantizar la protección de la población.
Refugiados, personas que huyen de las confrontaciones, poblaciones desamparadas, claman por una solución urgente.
Oración y elecciones
ENS: ¿Cómo avanza el Sínodo en el Vaticano?
LJRA: Hoy llegó la hermana lluvia a Roma en este tiempo de otoño. Cambió el clima. En medio de los trabajos del Sínodo, ofreceremos un día de ayuno y oración por la paz en Ucrania, en Medio Oriente, en Colombia y en todo el mundo.
Desde su lugar de trabajo ustedes se pueden unir. Por favor, sigan orando por las labores sinodales, y que a cada instante el Espíritu Santo nos conduzca por los caminos del Reino, que Jesucristo nos invite al discipulado misionero: "sígueme; que la misericordia eterna de Dios Padre nos renueve en la esperanza y que María Madre de la Iglesia nos acompañe para que, todos los miembros del Pueblo de Dios, manifestemos con el testimonio, la alegría de nuestra vocación y misión. Que alimentemos nuestra fe con la Palabra, con la gracia de los Sacramentos y con la oración personal y comunitaria. ¡Ánimo! Sigamos el camino de la vida en medio de gozos y luchas, no olvidemos que el Señor nos hizo una promesa: "Yo estaré con ustedes todos los días”. (Mt 28: 20).
ENS: A escasas dos semanas de las elecciones, ¿cómo ve el ambiente electoral en Colombia?
LJRA: Esta semana haremos público un comunicado de la Conferencia Episcopal de Colombia sobre las elecciones del 29 de octubre.
ENS: ¿Cuál es su mensaje final?
LJRA: Un saludo especial a las familias del país, a hombres y mujeres bautizados que aman al Señor, que aman a Colombia y que quieren servir a la construcción de una sociedad que responde a las necesidades, que trabaja por la paz, la reconciliación, el respeto a la vida y por el cuidado y el cultivo de la casa común.
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