En el Día Mundial de la Justicia Social el Papa ha recordado que "Ningún pueblo es criminal, ninguna religión es terrorista"

Si se niega todo este estado social de derechos: se comete un grave pecado, mal e injusticia; se impide la solidaridad, el bien común y la justicia social que son los…
En dicho mensaje a estos MP, exclamó el Papa: "¡me alegra tanto verlos trabajar juntos por la justicia social!"; y anima y fortalece a dichos MP, "a cada uno de ustedes, a sus organizaciones y a todos los que luchan por las tres T: "tierra, techo y trabajo".
El Papa señala así las claves de la justicia social que, tal como nos revela Dios en Jesús el Cristo Salvador-Liberador y Crucificado/Resucitado, está inspirada en la mística y cultura samaritana de la misericordia. Con la espiritualidad y ética de la compasión ante el sufrimiento e injusticia que padece el otro, y que se realiza en la opción por los pobres, en su protagonismo, promoción y liberación integral. Lo que supone promover de forma solidaria la vida, dignidad y derecho de toda persona para el bien común. Como es la equidad en el reparto de la tierra, el destino universal de los bienes que tiene la prioridad sobre la propiedad. Una vivienda digna y un trabajo decente, con un salario justo, que está antes que el capital.
Estos valores y principios, que constituyen la justicia social, conforman el denominado "estado social de derechos". Con un sistema laboral justo, que promueva la dignidad en el trabajo y decencia: en el salario, jornada, seguridad, prestaciones por desempleo, pensiones, derecho a la organización laboral y sindical, etc. Un sistema fiscal equitativo que manifiesta la justicia legal o general, que las partes contribuyan al todo, y la justicia distributiva, que el todo reparta a las partes. Con una re-distribución en equidad de la tierra, de los recursos y bienes. En donde contribuyan y tributen más quienes más tienen. Esto es, los patrimonios y herencias con más riqueza, el capital, las empresas como son las multinacionales y corporaciones financieras-bancarias con sus operaciones e inversiones.
Erradicado por tanto los paraísos fiscales, evasión de capitales e impuestos y demás fraudes tributarios que constituyen una auténtica estafa fiscal, una verdadera corrupción. Como nos enseña el Catecismo de la Iglesia Católica, "deber de los ciudadanos es cooperar con la autoridad civil al bien de la sociedad en espíritu de verdad, justicia, solidaridad y libertad...El servicio del bien común exigen de los ciudadanos que cumplan con su responsabilidad en la vida de la comunidad política... La corresponsabilidad en el bien común exigen moralmente el pago de los impuesto" (CIC 2239-40). Este estado social y solidario de justicia posibilita, pues, unas políticas públicas y servicios sociales de calidad, que aseguran los derechos humanos. Como son la vivienda e infraestructuras básicas (agua, luz, energía, saneamientos, transporte...), la educación y cultura, la salud y sanidad con medicamentos o tratamientos farmacéuticos.
De lo contrario, como nos enseña Francisco, si se niega todo este estado social de derechos: se comete un grave pecado, mal e injusticia; se impide la solidaridad, el bien común y la justicia social que son los pilares de la ley, de la autoridad y de la democracia. La autoridad primera y última reside en el pueblo, en la comunidad y sociedad civil. Con sus ciudadanos como son los MP, sociales y espirituales u organizaciones civiles que son los principales sujetos y gestores de la realidad: de la política y de la economía; de la autoridad, de las leyes y de la democracia real. Las personas y los pueblos con sus MP, con los pobres y oprimidos de la tierra son los protagonistas-sujetos primeros de su promoción, desarrollo y liberación integral.
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