El sínodo se vive en el servicio
Lo que se conoce como el “camino discipular misionero”, en la cotidianidad de la vida, en la casa, en la familia, ayudando a los demás, al prójimo, o en el servicio a la Iglesia; en la parroquia y en los diferentes deberes, en la ayuda a los enfermos, a los más vulnerables y necesitados, así se vive la sinodalidad.
En el encuentro, en el diálogo, en la escucha, en el servicio y la cercanía, allí también hay sinodalidad. “Crezcamos en la comunión misionera, en la fraternidad, el mundo necesita que le hablemos de cercanía, de encuentro, de diálogo”. Ratificó el cardenal Luis José Rueda, desde Ciudad del Vaticano en Roma.
Y, es paralelo al trabajo sinodal que continúa en Roma; el Sínodo 2021-2024; por una iglesia Sinodal: Comunión, participación y misión, que inició el pasado 04 de octubre y finalizará esta fase, a finales del mes, el día 29.
Corresponsables en la misión
Guiados por el documento “Instrumentum Laboris”, herramienta de trabajo, para esta segunda fase del proceso sinodal; es la guía en la labor diaria del papa Francisco, obispos, sacerdotes, hermanos consagrados y laicos, entre otros, que siguen este instrumento al pie de la letra, para el desarrollo de esta XVI Asamblea General Ordinaria del sínodo de los obispos.
Esta guía traza lineamientos como: Signos característicos de una Iglesia sinodal. Una comunión que se irradia. Corresponsables en la misión. Participación, responsabilidad y autoridad, entre otros temas.
Dinámica de discernimiento en la Iglesia sinodal
Esta asamblea del Sínodo de la Sinodalidad tiene en los participantes una guía de silencio y oración también durante las jornadas de reuniones en la mañana y en la tarde, que lo realizan de la siguiente manera; escuchando el Espíritu Santo, a través de la lectura de la Palabra de Dios.
Luego, cada uno toma la palabra a partir de su propia experiencia y oración, y escucha atentamente la contribución de los demás. Cada uno comparte, a partir de lo que dicen los demás lo que más le ha resonado o lo que más resistencia le ha suscitado, dejándose guiar todo el tiempo por el Espíritu Santo.
Finalmente, el aporte para poder construir juntos: Dialogan en los equipos de trabajo de lo que ha surgido previamente para discernir y recoger el fruto de la conversación en el Espíritu y a que pasos está llamando para caminar juntos dentro de la Iglesia, para poder construir juntos. Realizan al terminar las jornadas una oración de agradecimiento a Dios.
Cabe recordar que la delegación de padres (y madre) sinodales por Colombia, la integran: El cardenal Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá, Gloria Liliana Franco, presidenta de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR), y los obispos José Miguel Gómez, de Manizales, y Ricardo Tobón, de Medellín.
Un mensaje desde Roma envía el cardenal Luis José Rueda Aparicio a la Iglesia en Colombia, a continuación:
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