El Papa Francisco pide que la teología esté "al servicio del pueblo, de los pobres, de los últimos"
El Papa Francisco señaló este viernes que la cultura y la formación de un centro teológico “están al servicio del pueblo, de los pobres, de los últimos” en su discurso dirigido a la Comunidad del Estudio Teológico San Apolo de Catania.
El Pontífice alabó la institución nacida en el año 1969 como lugar de formación común de las diócesis de Sicilia oriental (Italia) como “una primicia del Concilio Vaticano II” que con el tiempo “se ha revelado como fecundo para sacerdotes, religiosos y laicos”.
Para el Pontífice, esta institución “constituye un modelo que estimula también a otras Iglesias a caminar juntas en este campo” en el campo de la comunión donde se ha de incluir “la relación entre las estructuras de formación que se convierten en laboratorios de comunión y de misión, animados por la reflexión teológica”.
El Papa Francisco también señaló que “la misión de un Estudio de Teología no puede ignorar el territorio en el que se sitúa”, de tal modo que se experimente la eclesialidad que sitúa a personas con diversidad de vocaciones y dones unos junto a otros “en la búsqueda de nuevos caminos de evangelización”.
Este “estilo de corresponsabilidad”, añadió el Pontífice, constituye “un signo de los tiempos que hay que saber captar sabiamente”.
También consideró de esta manera el hecho de que haya aumentado el número de mujeres que estudian en sus aulas y que se incorporar a las comunidades eclesiales “con tareas de responsabilidad pastoral, de enseñanza religiosa y académica”.
No pagar la esperanza de los migrantes
El Papa Francisco expuso además que Sicilia se encuentra “amenazada por la especulación mafiosa y la corrupción, que obstaculiza el desarrollo y empobrecimiento de los recursos, condenando especialmente a las zonas del interior a la emigración de los jóvenes”.
En relación a esta situación en la isla mediterránea, señaló que “la cultura y la formación de un Estudio Teológico están al servicio del pueblo, de los pobres, de los últimos” y animó a “ser acogedores y creativos en la fraternidad” a la hora de integrar a los migrantes.
“Este compromiso será más fecundo si sabéis dialogar con las culturas y las religiones de los demás pueblos mediterráneos que miran al futuro con esperanza. Por favor, ¡no apaguemos la esperanza de los pobres, de esos pobres que son los emigrantes!”, enfatizó.
Además, pidió “no abundar nunca en la queja, en la resignación, sino en la esperanza, y ser misioneros de esta virtud”.
Por último, dado que este viernes se celebra la fiesta de San Nicolás de Bari, que participó en el Concilio de Nicea defendiendo la divinidad de Cristo, el Papa Francisco reiteró su llamamiento para que el aniversario de este importante concilio suponga un impulso para “no cansarse de buscar formas adecuadas para corresponder plenamente a la oración de Jesús ‘que todos sean uno’”.
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