Autoridad vaticana manifiesta preocupación ante crisis migratoria en el Darién
El prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, cardenal Michael Czerny, en conferencia de prensa, durante el X Encuentro de Obispos y Agentes de Pastoral Migratoria en Panamá, que finaliza este 23 de agosto, señaló que “es interesante ver las lanchas que llegan una tras otra con gente de muchas partes del mundo. La cuestión no son los números; la cuestión es que hay que responder. No se debe dejar a la gente sin respuesta. Los números ya veremos cómo manejarlos. Lo que he visto está bien organizado, y es importante esta transición de la parte más difícil a los buses y al trayecto hacia el norte”.
La región del Darién, ubicada en la frontera entre Panamá y Colombia, es conocida por ser una de las rutas más duras y peligrosas para los migrantes que buscan cruzar de América del Sur a Centroamérica, en dirección a Estados Unidos.
Recientemente, el gobierno estadounidense ha financiado con unos 6 millones de dólares los vuelos de repatriación de migrantes que cruzan el Darién, quienes son principalmente venezolanos.
El cardenal Czerny, al visitar el albergue para migrantes junto a obispos y sacerdotes, subrayó que hay que pensar mucho en las condiciones de los países de los que los migrantes están huyendo.
“Ayuda mucho pensar en las condiciones de las que ellos están huyendo y darse cuenta de que uno hubiera hecho exactamente lo mismo. No es algo extraño; es algo muy humano, muy normal y muy necesario cuando la vida se vuelve imposible, buscar otra alternativa”, sostuvo.
A su turno, el cardenal Álvaro Leonel Ramazzini, obispo de Huehuetenango en Guatemala y presidente de la Red Clamor, quien estuvo en Lajas Blancas, señaló que ha quedado impresionado al conocer “todas las horas de viaje que ha tenido que hacer” la gente que migra por Darién y el “peligro del río”.
“Yo fui obispo de San Marcos (Guatemala), que es fronterizo con Tapachula (México), y ahí veíamos esto, las caravanas. Pero ver a la gente, sobre todo con los niños, es impresionante, y uno se pregunta: ¿qué pasa con aquellos que pueden cambiar esta situación y no hacen nada para cambiarla?”, sostuvo.
El prelado contó que la Iglesia en Guatemala cuenta con casas de migrantes en la zona limítrofe con Honduras, El Salvador y también en la frontera Guatemala-México. “Ahí les damos acogida, les ofrecemos dos o tres días de estancia con comida, con lo que necesitan para seguir su viaje a México”.
Sin embargo, lamentó que “se ha desbordado la situación”, ya que “hace tres años hubo una avalancha de migrantes, más de 10.000 que llegaron a nuestra frontera, y te das cuenta de que, aunque uno tenga buena voluntad de ayudar, es muy difícil”.
Los cardenales y los obispos fueron recibidos en el Darién por el Comisionado Alexis De Gracia, jefe de la Primera Brigada Oriental; y por el subdirector general, Larry Solís, del Servicio Nacional de Fronteras, quienes explicaron que se ha establecido en la zona limítrofe de Panamá con Colombia un corredor humanitario, para garantizar caminos más seguros a fin de proteger las vidas de los migrantes. Al referirse a las repatriaciones, afirmaron que estás serán voluntarias, para quien quiera regresar a su país.
“Si bien es cierto que Panamá ha establecido algunas medidas, se ha hablado de la repatriación de estos migrantes y con esto ha disminuido el número de ingresos. Pero hoy nos explicaban que la repatriación es voluntaria, y eso me parece justo, porque no tiene sentido que la gente venga hasta aquí para ser repatriada. Han gastado dinero, han puesto en peligro su vida, etcétera. Si la posición de las autoridades es que, si alguien quiere ser repatriado, lo repatrían. Creo que eso es excelente”, expresó el cardenal Ramazzini.
Para el arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa, esta visita les permitió tocar la realidad migratoria, compartir con los migrantes y refugiados, y conocer de primera mano tanto de las autoridades sobre el trabajo que realizan en atención a estas los que huyen de su país de origen.
Acompañaron este recorrido también: monseñor Mark Joseph Seitz, obispo de El Paso, Texas, y presidente de la Comisión para Migrantes y Refugiados de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos; monseñor Carlos Alberto Santos García, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Monterrey (México) y representante del presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano; entre otros.
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