Anhelar los Sentimientos de Dios

Cuando se celebra a Santa Teresita del Niño Jesús, el cardenal Luis José Rueda Aparicio, acompañado de algunos obispos, sacerdotes colombianos, familiares y amigos, celebró a las 9:30 de la mañana, hora en Roma, la Sagrada Eucaristía.

En su homilía nos invitó a anhelar los Sentimientos de Cristo Jesús, a tener una relación profunda de hijos con el Padre Celestial. Pero debemos entender cómo hacerlo.

“Nosotros estamos llamados a tener una relación de hijos con el Señor, una relación gozosa, profunda, viva, estable para sentir a Dios no lejano sino como Padre, es importante tener los mismos sentimientos de Cristo” Enfatizó el cardenal.

Una relación de hijos con Jesús en la Iglesia pueblo de Dios y en la humanidad

Para lograrlo tenemos que empezar por vaciar todo aquello que nos impide tener una relación con el Padre; como pretensiones, orgullo, vanidad, envidia, para dar paso a los sentimientos de Dios, en la sencillez con los demás y estar dispuestos, muchas veces a asumir la cruz. El cardenal explicó tres puntos claves que nos pueden guiar como son:

Primero es buscar parecernos a Cristo Jesús es vivir todos los días en un anhelo permanente de parecernos a Jesús en la manera de pensar, amar y obrar en nuestra cotidianidad, en nuestra vida.

Segundo; debemos pedirle al Señor, para poder ser hijos del Padre celestial, que nos enseñe sus caminos, que nos instruya poder ir por los senderos reales y no equivocados, ni erróneos, porque hay muchas propuestas, pero Dios no nos obliga a amarlo, respeta nuestra libertad.

El Salmo 24 hoy nos dice que “Señor enséñame tus caminos, instrúyeme por tus sendas”. Que nuestra vida no sea una idea ni una definición teórica, nuestra vida es un camino en la familia, en nuestros trabajos, en la sociedad, en el lugar donde nos corresponde vivir con nuestra vocación. Reiteró. 

Y, tercero, refiriéndose a los dos mensajes que dio el papa Francisco en el rito del consistorio, y otro en la tarde durante la vigilia ecuménica que; debemos parecernos como una orquesta, que interpreta desde los distintos instrumentos una partitura única. Y esto debemos aplicarlo en la vida, todos somos diferentes, pero debemos articularnos, con nuestros dones, especialmente en la familia, para que vivamos de una manera armónica, en medio de nuestras diferencias.

También en la vida de la Iglesia, en los movimientos, en las parroquias, en las diócesis. La hermosa sinfonía del Pueblo de Dios debe ser unísona para que agrade a Dios.

Guardar silencio para crecer en el amor

El segundo mensaje del papa Francisco durante la tarde-noche  de ayer, se refirió a la importancia del silencio para poder recibir los regalos del Espíritu en este tiempo en el que nos llaman a la escucha, debemos cultivar la capacidad del silencio.

“El silencio como nos hace bien en la vida laboral, en la vida afectiva, en la vida espiritual y poder así escuchar la voz de Dios en nuestra conciencia, pero se requiere tener la capacidad el silencio, en un mundo de gritos, de arrebatos de clamores, hace falta el silencio para poder pasar a la gratitud de la vida de lo que hemos recibido, el silencio nos hace bien". Finalizó el cardenal Luis José con una oración, a la Virgen María, la madre del silencio.

A continuación, homilía completa del cardenal Luis José Rueda Aparicio: