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Un adiós lleno de gratitud y esperanza: Homenaje a monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid 

3 de junio de 2025
Un adiós lleno de gratitud y esperanza: Homenaje a monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid
Imagen:
Comunicaciones CEC.

En una sentida y solemne celebración eucarística en la Catedral Castrense Jesucristo Redentor, familiares, obispos, sacerdotes, religiosos, autoridades militares, de policía y civiles, a nivel nacional, y comunidad en general, se congregaron, este martes 3 de junio, para rendir homenaje a quien fue pastor, servidor y guía espiritual en distintas regiones del país, entre ellas Medellín, Málaga y Cúcuta; así como de las Fuerzas Armadas, en los últimos cinco años, promoviendo valores de fe y servicio, fortaleciendo la vida cristiana en uniformados y sus familias. 

El cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, presidió la Eucaristía. En desarrollo de su homilía, profundamente humana y enmarcada en la esperanza cristiana, destacó la vida de monseñor Ochoa como la de una semilla, que en medio de su fragilidad natural “es portadora de vida y esperanza, sembrada por Dios para dar abundantes frutos en el terreno de la Iglesia y de la Nación”. 

Tomando el Evangelio según san Juan, capítulo 12, versículo 24, el cardenal reflexionó sobre tres símbolos clave: la semilla, la tierra y el fruto. 

 

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Subrayó que monseñor Víctor Manuel fue un pastor fiel, sembrador de la Palabra de Dios, de los sacramentos, en los contextos en los que el Señor le encomendó pastorear. Fue, precisó el cardenal, un pastor que echó raíces en los corazones de muchos; cuyos frutos hoy se recogen en forma de gratitud, fe y ejemplo. 

“La vida de cada ser humano, desde el vientre materno hasta la muerte natural, es sagrada y debe ser protegida”, afirmó monseñor Luis José, recordando que la vocación episcopal de monseñor Ochoa nació en un hogar cristiano y floreció a través de su servicio pastoral, que comenzó siendo ordenado sacerdote por san Juan Pablo II.  

 "La muerte no es el final", insistió el cardenal Rueda, sino el momento en el que la semilla cae a la tierra para dar fruto eterno (...) Así lo esperamos, así lo creemos de monseñor Víctor Manuel".

 

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Legado de un pastor entre soldados 

Monseñor Ochoa Cadavid dedicó su vida a servir, no solo en el altar, sino también en los campos de formación espiritual y moral de quienes protegen a Colombia. Su paso por el Obispado Castrense dejó huella en miles de hombres y mujeres de uniforme, quienes hoy lo recuerdan como guía cercano, padre y amigo. 

 

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La presencia de consagrados y laicos de distintas regiones del país evidenció la comunión eclesial y el aprecio hacia el legado pastoral de monseñor Víctor Manuel.  Algunos de los presentes en este homenaje y último adiós fueron: monseñor José Roberto Ospina, administrador apostólico del Obispado Castrense y el clero castrense; monseñor Fabio Suescún, obispo emérito castrense; monseñor David Paul Charters, secretario de la Nunciatura Apostólica en Colombia; directivas del Episcopado Colombiano; representante del arzobispado ortodoxo griego; altos mandos del Ministerio de Defensa, personal de servicio y civil; y miembros de la Cúpula Militar.

La Eucaristía concluyó con un profundo silencio orante, seguido del toque militar en su honor, mientras la esperanza de la resurrección —sembrada con fuerza en cada palabra del Evangelio— resonaba entre los presentes. 

“Él nos amó, descendió a la tumba para que nosotros, sembrados en la tierra, tengamos una puerta abierta a la vida eterna”, recordó el cardenal, sellando una despedida marcada por la fe, la gratitud y el compromiso de continuar su misión. 

Honras fúnebres y morada final

El cuerpo está siendo trasladado a la ciudad de Bello, Antioquia, a la capilla de Hatoviejo, en el Parque Principal. 

Mañana miércoles, 4 de junio, a partir de las 07:00 horas, tendrá lugar la Velación y Cámara Ardiente. A las 15:00 horas, se celebrará la Solemne Eucaristía de Exequias, presidida por monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, en la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Bello (calle 51 No. 49-44, Barrio Prado). Al finalizar, monseñor Ochoa Cadavid será sepultado en la cripta de esta parroquia. 

 

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Fuente:
Fotos - Cortesía Comunicaciones CEC.
Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones
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