“La sinodalidad hace parte del ADN de nuestra naturaleza como Iglesia”: arzobispo de Cali
El arzobispo de Cali, monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, en entrevista con El Catolicismo, se refirió a la manera en la que la Arquidiócesis de Cali ha asumido el proceso sinodal, que señala, es un camino emprendido desde hace 5 años, pues el llamado a la sinodalidad es eje transversal del Plan Pastoral que sigue esta jurisdicción eclesiástica, situada en el departamento del Valle del Cauca, al suroccidente de Colombia.
Bajo esta óptica de caminar juntos hacia una Iglesia en comunión, participación y misión, monseñor Luis Fernando, también compartió la forma en la que la Arquidiócesis y la provincia eclesiástica a la que pertenece se han articulado para trabajar en temas pastorales y sociales que dan respuesta a la realidad del territorio.
Cultura del cuidado y protección de menores; trabajo a nivel de provincia eclesiástica; trabajo con los jóvenes; acción pastoral y social a nivel regional, fueron algunos de los temas abordados por el prelado.
Proceso sinodal
Precisando que "la figura del Sínodo es, prácticamente, la figura canónica más antigua de la Iglesia" y que “la semilla de lo que hoy es el Sínodo es la parroquia”, el arzobispo explicó que en Cali la experiencia sinodal fue animada de manera especial por monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía, quien, siendo arzobispo de esta jurisdicción, animó la construcción – redacción del plan pastoral a 5 años, en el que se contempla la realización de asambleas sinodales a nivel parroquial y de estructuras pastorales: infantil, juvenil, familiar, etc.
A este espíritu se han sumado, él como actual arzobispo; sacerdotes; consagrados; y fieles laicos, quienes, en un proceso de acompañamiento, han venido comprendiendo la propuesta de participación y aporte a la vida pastoral y evangelizadora en este territorio.
“Hemos realizado la asamblea sinodal de clérigos, diáconos y presbíteros; la asamblea sinodal de consagrados y consagradas; se proyecta la asamblea familiar y de jóvenes; de tal manera, que, para el segundo semestre de este año, esperamos, como eco del Sínodo de Roma, hacer la gran Asamblea Sinodal Arquidiocesana”.
“Al principio no fue fácil, porque hubo un hecho que generaba ciertas preguntas o dudas, y fue el cuestionario que llegó desde Roma, que la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) difundió, en el que había una serie de preguntas que no eran claras para el pueblo de Dios”.
Ante este desafío en la aplicación del primer instrumento propuesto en el camino sinodal, el prelado explica que se decidió trabajar por ejes temáticos, con un lenguaje más cercano a las comunidades.
Cultura del Cuidado
En sintonía con el trabajo impulsado por la Iglesia católica en el país, monseñor Luis Fernando indicó que Cali ha asumido con compromiso este proceso, especialmente orientado por la CEC, a partir de protocolos de protección de menores y lineamientos para la promoción de un sistema para la cultura del cuidado.
“En el 2014 se promulgaron tanto el decreto de protección como el manual de comportamiento, y se constituyó la delegación de protección de menores, que hoy denominamos: ‘Oficina del Cuidado Integral o de la Cultura del Cuidado’”, precisó.
Finalmente destacó el compromiso con la verdad, la reparación, el acompañamiento a las víctimas, y la disposición de colaboración en procesos canónicos y civiles – penales.
Articulación a nivel de provincia
El arzobispo destacó la comunión entre los obispos de las jurisdicciones que conforman la provincia: Buenaventura, Buga, Cartago, Palmira y Cali. Manifestó que, además de la cercanía como pastores, se ha logrado adelantar acciones pastorales y sociales en beneficio de la región, respetando las autonomías de cada jurisdicción, pero potencializando el impacto.
En esta línea se ha trabajado en acciones relacionadas con los bancos de alimentos, proyectos a nivel de pastoral social, y se trabaja en la consolidación de la pastoral juvenil provincial.
Algo de historia: rol de la Iglesia en este territorio
De acuerdo con la reseña manejada por esta Arquidiócesis, la Iglesia católica ha estado presente desde la formación de la ciudad, siendo testigo de su poblamiento y de los cambios que le han sucedido a través del tiempo.
Su misión se ha centrado en el acompañamiento espiritual, “brindando esperanza, abrazando los esfuerzos y siendo consuelo en los sufrimientos”. En los inicios de la ciudad, precisan, abanderó la organización social y comunitaria para proveer a los nacientes barrios de infraestructura en servicios educativos y de salud, principalmente.
“La historia de Cali da cuenta siempre de la presencia de la Iglesia, unas veces más visibles, otras más discretas, pero siempre ha estado como apoyo y sostén constante del caminar de su pueblo”.
La labor pastoral ha transcurrido en medio de una experiencia de hacer Iglesia que intuye la diversidad del territorio y los múltiples sentidos que allí se gestan. Los énfasis de la tarea pastoral han estado marcados por los desafíos de los tiempos y sus contingencias.
La sede episcopal de Cali fue erigida como Diócesis el 7 de julio de 1910, por el Papa Pío X y elevada al rango de Arquidiócesis Metropolitana el 20 de junio de 1964 por el Papa Pablo VI. Su jurisdicción comprende el territorio de los municipios de Santiago de Cali, Dagua, Jamundí, Yumbo y La Cumbre, todos ubicados en el departamento del Valle del Cauca.
Entrevista completa con monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, arzobispo de Cali:
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