Es urgente escuchar y atender la compleja realidad que viven las regiones: obispos colombianos
A partir de la opción tomada hacia el fortalecimiento de una identidad de Iglesia católica misericordiosa y misionera, en el tercer día de la 115 Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano, los prelados reflexionaron y se pronunciaron sobre la promoción y defensa de la vida, de la dignidad humana, y el cuidado de la Casa Común.
En Rueda de Prensa, este 5 julio, con la participación de monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, obispo de Buenaventura; monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de Istmina -Tadó y administrador apostólico de Quibdó; y de monseñor Omar de Jesús Mejía Giraldo, arzobispo de Florencia, se hizo un llamado contundente a la defensa de la vida, a la recuperación de su dimensión sagrada; y a poner los ojos y las manos en acción ante las realidades de violencia armada, abandono estatal y diversas situaciones sociales que padecen las comunidades.
“Defender la vida es una tarea de todos”, insistió monseñor Rubén Darío Jaramillo, afirmando que “en el momento actual que está viviendo el país, necesitamos volver a los principios fundamentales…Tenemos que empezar por cuidar la vida en todas las dimensiones, pero principalmente la vida humana … Los colombianos no podemos seguir destruyéndonos entre nosotros”.
“Una tarea que tenemos como Iglesia es ayudar para que esta sociedad vuelva a recuperar la dimensión sagrada de la vida. Cuando uno la ve como una dimensión sagrada la valora, y no nos volvemos dueños de la vida para definir o determinar quién vive o quién no vive, sino que la respetamos y la cuidamos. Esto es lo que estamos tratando de hacer en nuestras regiones, cuidar vidas, salvar vidas…luego vendrá el tema de las posibilidades para un territorio que no las tiene”, agregó.
A su turno, monseñor Mario de Jesús Álvarez advirtió sobre las “contradicciones” que estamos viviendo: “¿Cómo es que nos calificamos como potencia de la vida, y nos perseguimos, matamos, destruimos? … El llamado es a que nos detengamos a apreciar esta vida que el Señor nos permite gozar, este espacio, esta Casa Común…”.
“En cuanto nosotros alcancemos el respeto por la vida, todo lo demás se irá equilibrando”, afirmó.
“La Iglesia como no tiene ni interés político ni económico tiene la libertad de ir a estos lugares, y la comunidad ve en ella una antorcha de esperanza”, sin embargo, estas son realidades que demandan la atención y acción del Estado, destacaron.
“Nos interesa que las personas, las comunidades, sean cuidadas, protegidas y el que el Estado colombiano llegue. Nosotros somos en el fondo, en estos lugares, la voz de los sin voz.
La punta del iceberg la tienen algunos territorios como Buenaventura, el Chocó, el Catatumbo, el Caquetá, la subregión del Urabá…, pero esta es una lamentable realidad de país, advirtieron.
Iglesia misericordiosa y en salida
En revisión y proyección de la acción pastoral y evangelizadora en el país, los obispos colombianos avanzan en un trabajo bajo la metodología conocida como conversación espiritual y pastoral, que, han explicado, “consiste en una escucha atenta de lo que el Espíritu nos quiera decir por medio de las intervenciones de todos los participantes”.
Temas como el equilibrio entre los derechos humanos y los derechos de la creación, ¿cómo asumir este trabajo desde la Iglesia?; la defensa de la vida, con una visión integral, donde se incluye: la salud mental, los derechos humanos, el medioambiente, la espiritualidad; el extractivismo; la deforestación; la minería ilegal; la ecología integral, la producción agrícola; entre otros aspectos, han sido objeto de análisis y reflexión en la jornada.
Adicionalmente, a nivel pastoral, se ha planteado la importancia de propiciar y fortalecer la relación entre los entes de Iglesia y otras instituciones u organizaciones.
“Nosotros no estamos aislados, ni somos los únicos interlocutores … Estamos luchando por propiciar lo que el Papa Francisco nos ha impulsado: la cultura de la sinodalidad, entendiendo que debemos aprender a escucharnos desde todas las orillas. Y esto exige que como Iglesia tengamos la capacidad de vivir en este mundo pluralista”, explicó monseñor Omar de Jesús Mejía.
Reviva la Rueda de Prensa a continuación:
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