Arzobispo de Cali pide cese urgente de la violencia y presenta carta pastoral con propuesta por la paz

A través de un mensaje en video y una carta pastoral, el arzobispo de Cali, monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, pide detener la escalada de violencia que afecta al Valle del Cauca y el Cauca, tras los más de 12 atentados que, en un solo día, se han registrado en esas regiones del país, y que han dejado varias personas muertas, otras heridas y locales destruidos.
En la carta pastoral ‘Hacia una paz desarmada y desarmante’ —enviada por monseñor Rodríguez este 10 de junio a todos los miembros de su Arquidiócesis —, el prelado pide a los actores armados y a la sociedad en general “cesar de una vez por todas los actos violentos” y acoger el mensaje de reconciliación del Evangelio: “Mi paz les dejo, mi paz les doy”.
“Que seamos capaces de dar pasos hacia una ética valiente para poder encontrar los caminos que nos ayuden a solucionar los conflictos”, afirma el Arzobispo. Además, insta a “desarmar los corazones, las armas y la palabra”, reconociéndose hermanos, aún en la diferencia.
Con tono de urgencia y en alusión al periodo de violencia que marcó a Colombia en los años 90, recuerda que la región “no puede vivir lo que hace más de 30 años se vivió”. Insiste en que “el dolor pasado no puede repetirse hoy” y pide que termine “toda escalada de violencia” y que los ciudadanos sean “instrumentos de paz y reconciliación”.
El mensaje fue grabado en la parroquia de la Santísima Trinidad en Cali, desde donde el arzobispo lo definió como un llamado a la “esperanza” y la “fortaleza”, extendiendo una bendición en nombre de la Santísima Trinidad.
La carta pastoral: clamor ante la violencia y ruta para una paz desarmada
En la carta pastoral, evocando al papa León XIV, el arzobispo desarrolla una reflexión profunda sobre la crisis de violencia en esa y muchas otras regiones del país y propone caminos concretos para construir una paz sostenible. Entre los puntos clave del documento se destacan:
- Rechazo total a la violencia: El texto denuncia que los ataques armados, las amenazas y las retaliaciones solo generan más sufrimiento, especialmente en las comunidades más vulnerables.
- Llamado al diálogo: Insiste en que la solución no está en la confrontación, sino en “una ética valiente” que permita negociaciones serias, incluyendo a todos los sectores sociales.
- Desarme integral: No solo de las armas, sino también de los discursos de odio y las acciones que deshumanizan al otro.
- Memoria histórica: Advierte que “el dolor pasado no puede repetirse”, en referencia a los años más críticos del conflicto en la región, e insta a aprender de los errores.
- Compromiso de la Iglesia: Recuerda la disponibilidad de la Iglesia para ser facilitadora de espacios de reconciliación y acompañamiento a las víctimas.
Vea Mensaje del arzobispo de Cali ante escala de violencia en Valle del Cauca y Cauca aquí
Carta pastoral ‘Hacia una paz desarmada y desarmante’
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