Arquidiócesis de Florencia: un camino de fe entre sombras, luces y esperanzas

Comprometida con el camino sinodal, por una Iglesia en comunión, participación y misión, la Arquidiócesis de Florencia ha transitado un largo camino pastoral y evangelizador, marcado por el respeto a las comunidades indígenas y campesinas originarias del territorio.

Con una presencia que data de los siglos XVII y XVIII, tiempo en el que arribaron los primeros misioneros cristianos, la presencia de Iglesia en el sur del país, región Amazonía, ha buscado ser signo de unidad, defensa de la dignidad humana, del respeto de los derechos humanos, y de la promoción de los valores humano - cristianos.

Si bien, la zona ha tenido que enfrentar una compleja realidad social y se ha visto azotada por el conflicto armado, la Iglesia ha buscado “estar presente, acompañar, defender y llevar el Evangelio a todos los rincones".

Tres líneas pastorales han caracterizado la acción evangelizadora:Formación y la capacitación humana, con el propósito de “formar hombres capaces y honestos”; la preparación catequética de los agentes de pastoral, cooperadores laicos, catequistas y profesores de religión; y la vida espiritual de todos los agentes y fieles.

Desde este enfoque, han venido fortaleciendo la vivencia de la sinodalidad, incluso antes que el Papa Francisco convocara al Sínodo de la Sinodalidad, así lo explicó monseñor Omar de Jesús Mejía Giraldo, arzobispo de esta Iglesia particular.

“Tengo que decirlo con alegría, este proceso se ha vivido con compromiso y disposición… Nosotros desde el 2017, cuando el Papa nos convocó al Sínodo de la Amazonía hicimos un trabajo con la comunidad. Fue muy importante haber escuchado las culturas indígenas, las culturas campesinas, los empresarios, el sector político, la vida religiosa, la vida sacerdotal; entonces, habíamos ya hecho un proceso de sinodalidad que ha sido muy enriquecedor para nosotros y que ha desencadenado en una gran obra de Iglesia actual, que es la CEAMA, la Conferencia Eclesial Amazónica”.

“Esta Conferencia hace parte de los nuevos caminos que el Sínodo Especial de Obispos para la Amazonía propuso. Es nuestra responsabilidad constituir esta Conferencia, animados por nuestro querido Papa Francisco. Él mismo sugirió el nombre”, precisó el cardenal Claudio Hummes , en el momento de la inauguración de la Asamblea Constitutiva el viernes 26 de junio 2020.

Se trata de “un organismo episcopal que promueve la sinodalidad entre las iglesias de la región, ayuda a delinear el rostro amazónico de esta Iglesia y avanza en la misión de encontrar nuevos caminos para la acción evangelizadora, en especial incorporando la propuesta de la ecología integral, afianzando así la fisonomía de la Iglesia amazónica” (DF 115).

“La Conferencia naciente es ante todo eclesial, en ella están presentes las iglesias encarnadas en los territorios amazónicos. Esta pluralidad representa un elemento enriquecedor de la vida de las iglesias locales que viven la sinodalidad como búsqueda de la voluntad de Dios, como espacios de discernimiento al servicio de la evangelización”.

Monseñor Omar de Jesús, también, administrador apostólico de San Vicente del Caguán, agregó que el mayor desafío en este caminar juntos se centra en concretar el proceso en las pequeñas comunidades eclesiales, “porque son las que hacen operativo el trabajo pastoral de la Iglesia. Las pequeñas comunidades nos arropan, nos hacen sentir hermanos, nos hacen sentir en una Iglesia ministerial”. 

“La parte operativa de cualquier institución de Iglesia se debe concretar en la parroquia y en cada una de las instituciones y organismos diocesanos  ¿Cómo lo hacemos?: Invitando a los sacerdotes a que tenga cada uno su consejo parroquial de pastoral, sus consejos administrativos evangelizadores y, desde la Arquidiócesis, en el Plan de Evangelización, es muy importante  el Consejo Arquidiocesano, en este caso, de pastoral, que son los organismos en los que todos tenemos una voz , una palabra, elementos que aportar, para que luego se tomen las decisiones, y sea un trabajo en comunión y participación”.

Un dato:

La jurisdicción de la Arquidiócesis tiene la sede eclesiástica en la ciudad de Florencia, capital del departamento del Caquetá. Fue establecida el 8 de febrero de 1951 como Vicariato Apostólico; el 9 de diciembre de 1985 fue elevada a Diócesis; y el 13 de julio de 2019 asume la dignidad de Arquidiócesis.

​La sede titular del arzobispo es la Catedral Nuestra Señora de Lourdes. Su territorio comprende 13 municipios del Caquetá, que suman unos 15,441 km², en los que viven unas 292.280 personas, de las cuales 253.849 son católicos.

Monseñor Omar de Jesús, también se refirió a otros focos de acompañamiento, reflexión y trabajo de la Iglesia católica en Colombia como: cultura del cuidado, presencia y participación de los jóvenes y articulación a nivel de provincia eclesiástica. También destacó el rol de acompañante, defensora, mediadora, promotora del diálogo, y animadora de la esperanza en medio del conflicto, que cumple la Iglesia católica en estos territorios.

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