Ante grave situación humanitaria, Iglesia en Chocó pide extender cese al fuego
En medio de la grave situación humanitaria que padecen las comunidades de la subregión del San Juan (Chocó), y tras el anuncio de paro armado indefinido hecho en las últimas horas por la guerrilla del ELN, el obispo de la Diócesis de Istmina-Tadó, monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, hizo un llamado urgente para que se extienda el cese al fuego y se alivie el temor, dolor y las necesidades que están viviendo estas poblaciones ribereñas.
“Que lleguen a un acuerdo. Entiendo que hay ahora una discusión de carácter técnico y jurídico; que se pueda superar esa dificultad, de tal manera que nuestras comunidades sientan un alivio. Es urgente, es necesario que se prolongue el cese al fuego para que nuestras comunidades vayan sintiendo fortaleza en su caminar y se vislumbre que la paz está cerca”, expresó el prelado en el videomensaje.
La Diócesis de Istmina-Tadó informó también que, entre los municipios más afectados, se encuentran Nóvita, Sipí y Medio San Juan; han evidenciado el desplazamiento desde comunidades como Brisas, Doidó, Chambacú, Torrá, Barranconcito y Charco Largo, hacia otras localidades como Negría, Noanamá, Puerto Murillo y hacia las cabeceras municipales de Istmina y Medio San Juan. Las poblaciones de Torrá, Barranconcito y Charco Largo, también se encuentran confinadas.
Además, desde esta jurisdicción eclesiástica se dio a conocer que las comunidades confinadas están requiriendo con urgencia elementos básicos como filtros purificadores de agua, ropa, aseo personal; también apoyo psicosocial y atención en salud ante muchos casos de niños, niñas y adultos mayores que se encuentran enfermos.
Según ha informado la Defensoría del Pueblo, este paro armado del ELN tiene confi¡nadas alrededor de 45.000 personas en Chocó; de las cuales hay cerca de 7.500 tienen doble afectación, por cuenta del conflicto armado y de situaciones de emergencia ambiental.
La pastoral social de la Diócesis de Istmina-Tadó, ha entregado esta relación de afectaciones de las comunidades de Sipí:
Buenas Brisas: 41 familias
Desplazadas: 22
Confinadas: 19
San Agustín: 49 familias
Desplazadas: 1
Confinadas: 48
Chambacú: 30 familias
Desplazadas: 30
10 familias en la comunidad de Negría y el resto en comunidades aledañas, como noanamá, San Agustín y Buenas Brisas.
En la sede de Acadesan están desplazados: 18 familias, de los cuales 50 son niños, 17 adultos y 1 lactante.
La Iglesia hace presencia allí a través de sacerdotes, religiosas, así como de los miembros de la Comisión de Reconciliación, Paz y Desarrollo (REPAD), que tiene como misión velar por el acompañamiento y búsqueda de ayuda para las víctimas del conflicto.
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