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25 años de la Constitución de 1991, que consagra la libertad de cultos

5 de julio de 2016
25 años de la Constitución de 1991, que consagra la libertad de cultos

Al cumplirse 25 años de la Constitución colombiana vigente se realizaron algunas actividades de celebración por la libertad de cultos, encabezadas por monseñor Pedro…

 

¿Qué significado tienen estos 25 años de libertad religiosa?

En estos 25 años el panorama religioso y cultural del país cambió profundamente. Y aunque todavía nos falta un largo camino por recorrer, hoy somos una sociedad más abierta, pluralista y tolerante. Ese pluralismo y diversidad se refleja también en el ámbito religioso de nuestro país, donde existe una enorme sed de espiritualidad.

Nosotros, en la Iglesia Católica, celebramos estos 25 años de libertad religiosa, conscientes de que esa libertad nos ha enriquecido también a nosotros en múltiples formas. Por eso hemos convocado diversas actividades interconfesionales, académicas y culturales, para celebrar esta fecha tan importante.     

 

¿Cómo recibió la Iglesia Católica en 1991 el reconocimiento constitucional de la libertad religiosa?

Es necesario aclarar que la Iglesia Católica en Colombia asumió la defensa de la libertad religiosa mucho antes de 1991. En efecto, ya el Concilio Vaticano II, en 1965, la había postulado y reconocido como un derecho fundamental de toda persona humana. Por eso, el reconocimiento constitucional de este derecho inalienable no fue traumático para nosotros. Se ha venido dando, desde 1965, una evolución progresiva de una "Iglesia de Estado" hacia una "Iglesia de comunión", abierta al diálogo con las otras iglesias, confesiones y corrientes espirituales. Hoy, como Iglesia Católica, estamos fuertemente comprometidos con la libertad religiosa y la igualdad.

 

¿Ha servido este artículo de la Constitución para que se genere igualdad entre todas las creencias?

Se han dado pasos importantes pero, como le decía, queda todavía mucho por hacer para que ese derecho constitucional -consagrado en el art. 19 de la Carta Magna- adquiera plena y eficaz vigencia.

Falta, por ejemplo, desarrollar una política de Estado sobre la materia que garantice los derechos de todos, con verdadero sentido de equidad. Y falta, más allá del plano meramente legal, trabajar por un cambio cultural que nos lleve, como sociedad, a apreciar las diferencias religiosas y culturales como una riqueza.

En ese proceso de cambio estamos fuertemente comprometidos muchos líderes religiosos del país, pertenecientes a diversos credos, conscientes de que es más lo que nos une que lo que nos separa.        

Monseñor Mercado concedió esta entrevista a la oficina de prensa e la CEC, que El Catolicismo reproduce: 

Otras comunidades de fe en el país afirman que pese a que está consagrado en la Constitución no sienten que haya igualdad para todos. ¿Cuál es la opinión de la iglesia católica?

Comparto, en muchos aspectos, ese sentir de algunos líderes religiosos. En nuestros recurrentes diálogos aflora permanentemente la problemática de la igualdad. Estoy convencido de que debemos trabajar, juntos, para abrir a las diversas confesiones religiosas existentes en nuestro país mayores espacios de participación y de interacción en el ámbito público.

No me gustan los "monopolios" mucho menos en el ámbito cultural, religioso o espiritual. Los monopolios empobrecen, la diversidad y las diferencias enriquecen. Una mayor presencia de otras iglesias y confesiones en el campo social, cultural y político sería una inmensa riqueza para Colombia.

A esa mayor participación hay que apostarle de cara al futuro porque las confesiones religiosas podemos aportar mucho a la sociedad, a la reconciliación y a la paz.

 

Que desafíos reconoce usted tiene la Iglesia Católica frente al tema de la libertad religiosa?

El desafío principal es seguir promoviendo su pleno y eficaz cumplimiento. Hoy, en Colombia, registramos serias violaciones a este derecho fundamental. En efecto, algunas instituciones estatales, intentan imponernos obligaciones contrarias a nuestro ideario ético y moral. Sucede en nuestros colegios, clínicas y hospitales donde se pretende forzarnos a practicar el aborto, la eutanasia o a brindar a nuestros estudiantes una educación de la sexualidad inspirada en la ideología de género. Como Iglesia seguiremos defendiendo nuestros derechos y nuestra libertad.  

 

 

 (imagen: Cec / elespectador.com)

 

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