No caiga en la tentación de cuestionar si su misión tiene sentido
El señor arzobispo Rueda invita a dejar temores y tentaciones para asumir, no sin riesgos, la llamada de Jesús:
Estamos en el primer domingo de esta caminata que nos lleva a la Semana Santa. Tomemos la palabra de Dios para nuestra vida; en este domingo estamos leyendo el capítulo 1 del evangelio de San Marcos y allí se nos muestra un escenario con varios personajes: en el centro Jesús empujado por el Espíritu Santo. Allí está el tentador… acompañan a Jesús las fieras y los ángeles. Después de esta escena en el desierto viene la misión de Jesús; se marcha a Galilea y empieza a predicar: el tiempo se ha cumplido. Está cerca el reino de Dios y la invitación directa es conviértanse y crean en el Evangelio.
Jesús fue bautizado por Juan en el Jordán y es llevado por el Espíritu que descendió sobre Él en el Jordán en forma de paloma; ese espíritu lo impulsa, lo motiva, lo conduce al desierto y allí en el desierto Jesús vive la experiencia de la tentación; luego de allí sale a la misión.
Después de que Jesús es bautizado, el Espíritu lo lleva al desierto y el desierto es la figura, no solamente de un escenario geográfico sino del desierto espiritual, el desierto moral, el desierto humano que puede estar viviendo cualquier persona, cualquier familia; es más, eso que nos está pasando de la pandemia es una especie de desierto que nos pone a prueba y allí la prueba para nosotros es la tentación de quedarse sin hacer la misión, sin ir a asumir la misión, sin salir al encuentro con los demás.
Sí Jesús se hubiera quedado sin cumplir la misión nosotros no hubiéramos sido redimidos.
Y a usted le puede haber pasado en este tiempo de pandemia, en su familia también, que empieza a cuestionar y a llenarse de desánimo y de preguntarse qué sentido tiene la vida, pues un virus pequeñito nos destruye, nos acaba, nos está llenando de miedo: no salgamos a la misión. No caiga en la tentación de cuestionar si su misión tiene sentido.
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