Los Canónigos celebraron a Nuestra Señora del Topo
En la foto, desde la izquierda: Los monseñores Álvaro Vidales, Rodrigo Sánchez, el arzobispo Luis José Rueda, Orlando Cruz, Sergio Pulido y Carlos Arturo Leal.
El pasado 7 de noviembre los canónigos de la Catedral bogotana celebraron una solemne eucaristía en la capilla de Nuestra Señora del Topo, advocación que acompaña a los bogotanos desde 1610.
Un poco de historia sobre la devoción:
Durante la Colonia había una doctrina llamada Topo en las cercanías del actual pueblo de Pauna, Boyacá, Colombia dedicada a la catequesis de los indígenas Muzos. Este lugar -Topo- deriva su nombre de la palabra chibcha “tupu” que representa un alfiler para prender el manto de las indígenas. En este poblado había una capilla encomendada al fraile dominico Francisco de Párraga donde se veneraba un cuadro de buen pincel de la Virgen de las Angustias. Un día domingo en el año de 1608, los habitantes del lugar vieron que la capilla parecía que estaba ardiendo. Al llegar al lugar, con asombro constataron que no era un incendio sino que unos extraordinarios resplandores de refulgentísima luz que, como rayos del sol, brotaban del fondo de la imagen. Este prodigio se repitió varias veces acompañado en dos ocasiones de un sudor aceitoso el cuál fue aplicado en llagas, tumores y otras dolencias, con milagrosos resultados.
De este milagro fue testigo presencial el conquistador García Varela, quien viajó a Bogotá y puso este evento en conocimiento del Provisor. El suceso fue confirmado y se siguió proceso conforme a derecho. Por orden de la autoridad eclesiástica, se levantó la información canónica juraron los testigos y certificó lo mismo el fraile Francisco de Párraga. Don Simón López Barragán, quien era el gobernador encargado del arzobispado, ordenó trasladar la milagrosa imagen a Bogotá, donde fue recibida solemnemente y colocada en una capilla de la Catedral en 1610 y posteriormente fue nombrada Patrona del Capítulo Metropolitano.
Qué son los canónigos:
El Cabildo de canónigos es una de las instituciones más antiguas de la arquidiócesis, 452 años, cuatro siglos y medio.
En aquella época, cuando se creó la arquidiócesis de Bogotá, era costumbre en toda la Iglesia Universal que el arzobispo tuviera un consejo, un Cabildo. Así como a nivel civil el presidente de la república tiene un consejo de ministros o como el alcalde mayor de Bogotá tiene también un consejo un Cabildo, el arzobispo de Bogotá por siglos tuvo también el Cabildo de canónigos como los más cercanos sacerdotes con quienes gobernaba; especialmente era el gobierno eclesiástico, pero después del Concilio Vaticano segundo cambió la figura del Cabildo porque a partir del Concilio ya la estructura de la iglesia dio paso a los vicarios episcopales quienes en este momento suplen la función del Cabildo.
Los canónigos en este momento tienen la función primordial de acompañar al Arzobispo en el culto de la Catedral, en la oración por la arquidiócesis de Bogotá y algunas otras funciones como son el archivo histórico, el archivo musical, el museo textil y obviamente de patrimonio que tiene la Arquidiócesis.
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