A la Iglesia no la detiene ni la pandemia
Los párrocos bogotanos sortean esta dura prueba de diferentes maneras, unos celebran virtualmente vía Facebook Live; otros hacen las catequesis por Zoom; algunos,…
La parroquia de San Juan de Ávila, ubicada en la Vicaría Episcopal Territorial de Padre Misericordioso, atiende pastoralmente a un amplio sector del norte bogotano. Casas, edificios, conjuntos residenciales, comercio, bancos, colegios, jardines infantiles, ancianatos; tal vez no queda sector social que no se haga presente entre Cedritos y Contador. Ese es el escenario pastoral.
El padre Carlos Calero está pastoreando esta comunidad hace unos cinco años y aunque es un hombre tranquilo y pausado, lleva un motor imparable dentro. En su comunidad parroquia no ha quien llegue y salga sin oficio ni compromiso. Hay grupos de para el servicio de todos.
Al empezar este año tenía previsto hacer unos arreglos al templo para hacerlo más funcional, más bello y más seguro. Con el correr de los días se presentó la cuarentena por el Covid 19 y toda Bogotá quedó en pausa. Sin embargo, el padre Calero decidió aprovechar la soledad y el silencio para seguir adelante con la obra, pensando que cuando se pueda volver a abrir el templo, estará más hermoso y funcional para su comunidad.
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