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En la arquidiócesis de Bogotá “Vía Crucis” evangelizador

2 de abril de 2015
En la arquidiócesis de Bogotá “Vía Crucis” evangelizador

Hoy 3 de abril viernes Santo, el cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá, presidió el Santo “Vía Crucis” en latín o “Camino de la Cruz” en la Catedral Primada…

En este Vía Crucis, se quiso recordar a Jesucristo en su camino hacia el Calvario y acompañar con corazón doliente el sufrimiento que viven muchos hermanos que entregan hoy su vida a causa de su fe, que son perseguidos y martirizados por el egoísmo y la intolerancia de otros, en medio de la indiferencia globalizada de un mundo y unas sociedades en desconcierto y sin rumbo.

Con una gran participación de la comunidad entre fieles y peregrinos se realizó  este sentido y significativo Vía Crucis adaptado a la “Pasión” que se vive en nuestro País, meditado y recorrido al interior del Templo, con las reflexiones escritas por monseñor Jorge Alberto Ayala López, párroco de la Catedral Primada de Colombia; el cual fue introducido, desarrollado en algunos apartes y concluído con algunos mensajes del papa Francisco en su carta Evangelii Gaudium.

En el Vía Crucis, como un camino de oración que busca adentrarnos en la meditación de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo en su camino al Calvario y en todo lo que sufrió por nuestra salvación; se reflexionó para reconocer los pecados personales y sociales, por los que se pidió perdón, de renovar el propósito de reconciliación y de ser una Iglesia misionera que crece en la adhesión a Jesucristo y quiere ser “sal” en un tierra indiferente ante el que sufre  y “luz” en un mundo encerrado en la oscuridad de sus muchos males.

El este Vía Crucis participaron en la lectura de las meditaciones candidatos al Diaconado, diáconos, religiosas, comandante de la Policía de la Estación de la Candelaria, Comandante del Batallón de Guardia Presidencial, sacerdotes, esposas de candidatos al diaconado y fieles de la parroquia.

A continuación la secuencia de las 14 estaciones y el audio con la oración del cardenal Rubén Salazar al finalizar cada meditación, de las cuales también se grabaron algunas reflexiones:      

 

Primera estación: Jesús es condenado a muerte.

¡Ayúdanos a buscar siempre la verdad y a estar siempre de parte de los débiles!

 

Segunda estación: Jesús toma Su cruz.

¡Despierta en nosotros el celo por la justicia, para que no arrastremos la vida, sino que la llevemos con dignidad!

 

Tercera estación: Jesús se cae por primera vez.

¡Arranca de nuestro corazón toda raíz de miedo y cómoda indiferencia, que nos impide reconocerte en los que sufren o caen!

 

Cuarta estación: Jesús se encuentra con Su madre María.

¡Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que estén siempre unidas y bendice la educación de nuestros hijos!.

 

Quinta estación: Simón de Cirene es forzado a llevar la cruz.

¡…Ayúdanos a derramar el ungüento de consolación en las heridas de los otros, para hacernos compañeros de camino, sin evasivas y sin cansarnos...!

 

Sexta estación: La Verónica enjuga la sangre del rostro de Jesús.

¡Señor no te apartes de nosotros, pues, contigo tenemos la fortaleza necesaria para aliviar el sufrimiento de nuestros hermanos doloridos!

 

Séptima estación: Jesús cae por segunda vez.

¡Señor, tu nos has bendecido siempre, dichosos los que hemos sido rescatados por su cruz!

 

Octava estación: Jesús se encuentra con las mujeres de Jerusalén.

¡Señor Jesús, frena los actos de barbarie contra las mujeres de nuestra sociedad!

 

Novena estación: Jesús cae por tercera vez.

¡Señor Jesús, te rogamos que levantes del polvo al pecador, al indiferente, al que reconoce sus faltas y perdona sus culpas y pecados!

 

Décima estación:   Jesús es despojado de Sus ropas.

¡Señor Jesús, queremos volver a la inocencia de los niños, despojarnos de los prejuicios para poder entrar en el reino de los cielos!

 

Décima primera estación:   Jesús es clavado en la cruz – la Crucifixión.

¡Señor Jesús, no te alejes de nosotros, te queremos cada día más, no permitas que te crucifiquemos, ni que crucifiquemos a nuestros hermanos!

 

Décimo segunda estación:   Jesús muere en la cruz.

¡Renuévanos a imagen del Redentor del mundo, para que muriendo a nuestras obras malas, podamos, por tu misericordia, renacer a una vida nueva, a imagen del hombre celestial!. 

 

Décimo tercera estación:   El cuerpo de Jesús es quitado de la cruz y entregado a su Madre

¡Oh Virgen de los Dolores, muéstranos la dulzura de tu fiel intercesión y danos tu maternal consuelo!

 

Décimo cuarta estación:   El cuerpo de Jesús es colocado en la tumba.

¡Protégeme, oh Dios, en ti me refugio.  Tú eres mi heredad y mi copa, en tus manos está mi vida!. 

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