Amémonos colombianos unos a otros
Exhortó a los colombianos a respetar la vida, dialogar y buscar el bien común. Ante el panorama y lo signos externos de dolor como la violencia, atentados contra la integridad física, los destrozos causados ante los bienes públicos y privados que Colombia y los ciudadanos están viviendo, nos interpela, para entender que esta situación no soluciona nada, sino todo lo contrario; produce sufrimiento y muerte.
El arzobispo nos hace un llamado para que nos impliquemos en el análisis de esta realidad sincera y pidamos a Dios que ilumine esta Nación y a cada uno de nosotros, para poder discernir, obrar y dejarnos guiar por el Espíritu Santo, buscando la justicia, la reconciliación, la paz, y la verdad para este país.
El amor es de Dios
“Amémonos unos a otros, Dios no hace distinción de personas, es una propuesta desafiante, no es fácil, ya que el amor es de Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios porque Dios es amor, que renueva nuestra vida, sana las heridas y las enfermedades”. Enfatizó monseñor Rueda.
Propuso tres caminos para que entre todos: ciudadanos, gobernantes, manifestantes, militares, campesinos, organizaciones y a la Iglesia, podamos encontrar salidas de bien, ante una Patria herida:
Respetar la vida: La vida humana es Sagrada. Y que el amor verdadero, el de Dios, se convierta en el respeto a la vida. Respetarnos; respetar la vida es el fundamento de todos los derechos humanos, nadie es dueño de la vida de nadie. Nos pertenece la vida del otro para curarla, sanarla, hacerla progresar y defenderla. El verdadero amor se manifiesta respetándonos unos a otros.
El Diálogo: El amor de Dios se convierte en diálogo. Se convierte en palabra. Cuando podemos dialogar, hacemos silencio para escuchar al otro. Nadie es dueño de la verdad. El diálogo debe ser abierto, sincero, propuesta válida, nos ayuda a salir de la indiferencia. El amor se vuelve diálogo, escucha, sinceridad. Y todos los conflictos familiares, personales o sociales encuentran un camino a través del diálogo para la solución. Que este sea tiempo para los encontrar acuerdos que nos ayuden a mejorar.
El Bien común: Debemos buscar el bien de todos, no el bien particular. Busquemos el bien común partiendo desde los más vulnerables, los más pobres, los que más nos necesitan, coloquemos nuestra inteligencia, sabiduría y espiritualidad, al servicio del bien común. Es un camino que demos asumir desde la fe.
"Tres luces para caminar; Respetar la vida. Capacidad de dialogo y escucha sincera. Buscar el bien de todos que nos haga sentir una Nación unida, reconciliada y en desarrollo humano integral". Concluyó el arzobispo.
Escuche a continuación Homilía completa:
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