El padre Luis Rincón C.Ss.R., sacerdote redentorista y capellán de la Clínica Reina Sofía desde este año, nos compartió su visión sobre el rol que desempeña en el hospital. Según el padre, el acompañamiento a los pacientes y sus familias en momentos de enfermedad es una labor profundamente humanizadora. “Es una experiencia muy bonita, humanizante, acompañar a las personas que están pasando por situaciones difíciles en su salud”, afirmó.
Apoyo espiritual en momentos difíciles
El padre explicó cómo el acompañamiento espiritual no se limita solo a la oración, sino que también incluye sacramentos, dirección espiritual y la celebración de la Eucaristía. “Ofrecemos el sacramento de la confesión, la eucaristía... Oramos con los pacientes y sus familias, brindándoles ese apoyo espiritual que tanto necesitan en momentos de angustia”. Este apoyo se extiende tanto a los pacientes como a sus seres queridos, especialmente en situaciones de duelo.
Desafíos del ministerio hospitalario
Uno de los grandes retos que enfrenta el capellán, según el padre Rincón, es mantener siempre una actitud de vitalidad y energía para acompañar a quienes sufren. “Nosotros también somos frágiles como seres humanos, y hay días en que el cansancio o la rutina nos afectan, pero siempre buscamos hacer lo mejor por las personas”. A pesar de estas dificultades, el sacerdote asegura que el servicio de capellanía es gratificante y valioso.
Acompañar en el duelo: Un ministerio de esperanza
El duelo es uno de los momentos más difíciles que atraviesan las familias en el entorno hospitalario “Nuestro papel es acompañar, orar y brindar esperanza, recordando a las familias que la muerte no es el final, sino el comienzo de una nueva vida”. Este proceso es fundamental para que los familiares encuentren consuelo y fuerza para enfrentar la pérdida.
El padre Rincón destacó la importancia del apoyo espiritual en la recuperación de los pacientes. “La actitud con la que se asumen las enfermedades influye mucho en el proceso de recuperación. He visto cómo la fe y la esperanza ayudan a las personas a salir adelante”, comentó. Además, compartió el caso de un niño en estado crítico, cuyo bautizo marcó un antes y un después en su salud. “Después del sacramento, el bebé comenzó a mejorar y, contra todo pronóstico, salió de la clínica con buena salud. Es un testimonio del poder de la fe”, relató.
Una experiencia que sensibiliza y humaniza
Para el padre Luis Rincón, el trabajo en la capellanía hospitalaria ha sido una experiencia transformadora tanto en su ministerio como en su vida personal. “Acompañar a las personas en su dolor nos sensibiliza y nos hace más humanos. Es un privilegio estar al lado de quienes sufren y brindarles consuelo en esos momentos tan difíciles”.
El padre Luis Rincón, quien se ordenó en 2012, continúa llevando fe y esperanza a aquellos que enfrentan los momentos más difíciles de sus vidas, reforzando la importancia del acompañamiento espiritual en los procesos de sanación.
Fuente Disminuir
Fuente