Se estrena el documental Apparition Hill
Apparition Hill (Colina de la Aparición) es una película norteamericana independiente que se rodó en 2016 y recoge la historia documental de siete peregrinos…
Es a la vez una película y un experimento. También es una obra emotiva, según los críticos que la han visto, como el hermano Daniel Klimek, experto en cine y fraile franciscano de la TOR (Tercera Orden Regular).
El director de la película, Sean Bloomfield, explica su punto de partida. “Organizamos un concurso de vídeos online convocando ‘escépticos, ateos, agnósticos y gente que sufra problemas’, con la condición de que no hubieran estado antes en Medjugorje. Elegimos a siete y les filmamos antes, durante y después de su peregrinación. Había no uno sino dos ateos, una católica conversa escéptica respecto a las apariciones marianas, un drogadicto, un hombre que sufre de ALS (esclerosis amiotrófica lateral), una madre joven con un cáncer en su cuarta fase y un viudo que cría a sus 9 hijos él solo”.
“Queríamos realismo, y como resultado Apparition Hill es alabada por personas de todo tipo de creencias y trasfondos, desde católicos hasta ateos”, añade. “Llevamos ateos a Medjugorje y filmamos su experiencia, y a cada protagonista le ha gustado como recogimos sus historias, de forma fidedigna”, asegura.
Fray Daniel Maria Klimek, uno de los críticos más entusiastas de “Apparition Hill”, comenta una escena protagonizada por los dos más escépticos en la peregrinación, Peter, un inglés ateo que dudaría de sus sentidos si Dios se le manifestase, y Mark, un policía de las afueras de Chicago. Junto con Rich, el viudo católico padre de familia numerosa, acuden por la noche a la estatua del Cristo Resucitado de cuya rodilla se dice que brota una sustancia misteriosa.
Hacen fotos, intentan comprobar si hay o no sustancia y de qué tipo, no llegan a una conclusión… pero es el punto a partir del cual los dos escépticos deciden dejar de “cazar el engaño” y pasan a ser “observadores participantes”, participando en las oraciones, rezando el Rosario, acampando por la noche en la Colina de las Apariciones para estar listos cuando la vidente Mirjana hable en la mañana…
“Es una película sobre dicotomías – fe y duda, lo milagroso y el escepticismo, la sanación y el sufrimiento- pero también sobre las cosas que unen a creyentes y escépticos, cosas que la condición humana no puede evitar: encontrar sentido en la vida, en el sufrimiento, en la espiritualidad, en la adicción, la enfermedad, la muerte, la otra vida. Todo eso lo trata Apparition Hill con gracia e impresionante afecto”, escribe Klimek. En los preestrenos a los que ha acudido, siempre ha visto que todos los espectadores finalizaban con ojos humedecidos de la emoción.
Esa búsqueda de sentido vital en el viaje es lo que distingue al peregrino del turista, explica Klimek. “El grupo tenía que ser muy variado, pero compartían una cosa, todos estaban buscando algo”, constata el director.
Sean Bloomfield ha realizado otros filmes sobre experiencias espirituales y marianas, como The Triumph (en 2013) y If Only We Had Listened (en 2011), protagonizada por Inmaculéé Ilibagiza, superviviente de las matanzas de Ruanda. Sus colaboradoras en la película, Cimela Kidonakis y Jessi Hannapel, en producción, edición y fotografía, son nuevos valores cinematográficos, según Klimek. Hannapel admite que aprendió a filmar sin parar entre lágrimas, en circunstancias emocionantes. La banda sonora, muy hermosa, es de Michael Nolan.
Pero más allá del tema concreto de las apariciones, los críticos coinciden en la gran humanidad de las historias que se narran en Apparition Hill, una historia de peregrinos que exploran el viaje que de verdad importa a cada hombre, el viaje del alma en la conciencia de la propia mortalidad.
Imagen: Apparition Hill
Fuente Disminuir
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