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Misionero sin miedo ni fronteras

19 de septiembre de 2024
Imagen:
santegidio.org

Cercano a los 88 años de edad, (los cumplirá el 17 de diciembre), el papa Francisco acaba de realizar un viaje apostólico que lo llevó a Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur. Desde Roma hasta Indonesia hay más de 11 mil kilómetros de distancia. Esto, ya de por sí, deja ver claramente el incansable ánimo pastoral del Romano Pontífice quien, no solo estuvo presente en todo lo programado, sino que parecía verse cada vez más animado en cada una de las estaciones de su viaje. En ningún momento se vio al sucesor de Pedro con signos de fatiga o de cualquier otra cosa que pudiera sugerir que algo o alguien está cerca del fin. Vida es lo que deja ver el papa Bergoglio.

El contenido del viaje hecho por el Papa a estas regiones, que quedan más o menos lejos de todo, también fue claro. En primer lugar, un gesto contundente de la Iglesia en salida, de la Iglesia que no está nunca satisfecha de sí misma y se siente urgida a llevar el mensaje del Evangelio a los cuatro puntos cardinales. Y, en este sentido, el Papa ha sido valiente, pues no son pocos los que le desaconsejan constantemente estos itinerarios en los cuales los católicos son minorías y a veces están rodeados de ambientes hostiles, aunque no siempre. Ante estas ideas preconcebidas el Santo Padre ha hecho una ocasión importante para demostrar respeto y sentido de fraternidad real con otras culturas, otras creencias y religiones. Y así ha sido recibido y tratado, ¡nada que temer!

Como en todos los viajes de los pontífices, Francisco ha ido, en primer lugar, a confirmar a los hermanos en la fe. En estas ciudades y regiones la Iglesia católica es pequeña en números, pero fuerte en su fe y su crecimiento. Se ha sabido inculturar de muchas maneras y a través de muchos servicios a las personas, especialmente en los campos de la salud y la educación. En este sentido, en sus discursos y homilías, el Papa ha insistido en la capacidad del Evangelio de iluminar y ayudar a crecer toda cultura presente en la humanidad. 

Mensaje importante que reitera la convicción de que no existe motivo alguno para que los evangelizadores sientan que son extraños en medio de las gentes. Tienen mucho que aportar donde quiera que estén para enaltecer la dignidad humana y de los pueblos, y para proponer siempre el horizonte de la salvación en Cristo a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

Por otra parte, y conciente de hallarse en unas comunidades que reúnen muchas etnias, culturas, tradiciones religiosas, el papa Francisco caminó sobre temas como la fraternidad, el respeto a la creación, la atención de los más pobres y los migrantes, los jóvenes, y de este modo se conectó con unas audiencias muy diversas

Audiencias por lo demás nada despreciables, pues en alguna de sus eucaristías reunió a más de 600 mil personas. Y, en general, como fue el lema en Indonesia, apuntó al valor de la fe, la fraternidad y la compasión. Un ejercicio muy interesante de buscar los puntos de encuentro con culturas, costumbres y tradiciones espirituales muy diversas que, afortunadamente, hasta ahora, en aquellas tierras, conviven serenamente.

Finalmente, el Santo Padre animó mucho a los obispos, sacerdotes, religiosos, catequistas y misioneros a continuar esparciendo el buen aroma del Evangelio en sus lugares de misión. Habló con la claridad de quien está absolutamente convencido de que no hay ningún motivo para no anunciar decididamente a Cristo a todas las gentes y en todos los lugares. Si alguien en la Iglesia está buscando un modelo actualizado de misionero y de misión, el Papa Francisco es el mejor ejemplo, el más actual, a sus casi 88 años de edad.

Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones
Fuente:
Dirección periódico digital El Catolicismo.
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