El compromiso de la Asamblea Ordinaria del Sínodo con la salvaguardia de la Creación

La Secretaría General del Sínodo aporta su contribución al cuidado de la creación mediante una forma de compensación de las emisiones residuales de CO2 producidas por la próxima asamblea de octubre.

En vísperas de la publicación de una "nueva" Laudato si', la Secretaría General del Sínodo se propone aportar su contribución a la salvaguardia de la creación mediante una forma de compensación de las emisiones residuales de CO2 producidas por la próxima XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos. A través del apoyo económico de la Fundación SOS Planet y la contribución técnica de LifeGate, ya experimentada con ocasión de la Asamblea Sinodal de 2019, una parte de las emisiones residuales de CO2 se compensará gracias a proyectos capaces de generar un "crédito" de carbono que equilibrará la "deuda" acumulada.

El proyecto elegido para compensar las emisiones, que responde al criterio de ecología integral recomendado por la dncíclica Laudato si', aúna el aspecto ecológico, el cuidado de la tierra y la ayuda concreta a la vida de las poblaciones implicadas. El proyecto identificado, implementado en Nigeria y Kenia, tiene como objetivo difundir tecnologías eficientes de cocción y purificación del agua entre familias, comunidades e instituciones. Las nuevas tecnologías reducirán significativamente el consumo de biomasa no renovable y combustibles fósiles para cocinar y hervir agua. Ello redundará en una mejora significativa de la contaminación atmosférica, que tiene una correlación directa con las enfermedades respiratorias y las tasas de mortalidad, especialmente entre mujeres y niños, y por consiguiente mejorará el estado de salud de las poblaciones afectadas.

El proyecto utilizará los ingresos de la venta de créditos de carbono para apoyar a los socios locales dedicados a la producción, distribución y mantenimiento de las tecnologías. "Nunca -como escribió el Papa en Laudato si'- hemos maltratado y ofendido nuestra casa común como en los dos últimos siglos. Por el contrario, estamos llamados a convertirnos en instrumentos de Dios Padre para que nuestro planeta sea lo que él soñó al crearlo y responda a su proyecto de paz, belleza y plenitud".