Conversatorio Red CLAMOR: “Escenarios y desafíos ante las políticas migratorias del presidente Trump”
En un contexto de creciente incertidumbre y desafíos para la población migrante, la Red CLAMOR (Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas)
El conversatorio se llevará a cabo el próximo 31 de enero de 2025, a las 6:30 p.m. (hora de Colombia).
Este evento contará con la participación de destacados expertos en temas migratorios: monseñor Mark Seitz, obispo de El Paso, Texas; monseñor Eugenio Lira, obispo de Matamoros y presidente de la Pastoral de Movilidad Humana (PMH) de México; Dylan Corbett , director ejecutivo del Hope Border Institute; y la hermana Leticia Gutiérrez Valderrama, directora ejecutiva del Ministerio de Hospitalidad al Migrante. El Mtro. Gerardo Cruz, coordinador de la Comisión de Formación de la Red CLAMOR, será el moderador del encuentro.
El conversatorio podrá ser visto a través del canal oficial en YouTube de la Red CLAMOR.
Testimonio de la hermana Leticia Gutiérrez Valderrama
La religiosa Scalabriniana es testigo directo del aumento en la vigilancia y la criminalización de los migrantes en la frontera de Santa Teresa, Nuevo México, donde incluso miembros de su congregación han sido interrogados y hostigados por las autoridades mientras brindaban ayuda humanitaria. Su relato describe cómo la Border Patrol y la policía estatal han redoblado los controles y las detenciones, generando un ambiente de miedo y represión.
En su testimonio, precisa ADN Celam, describe cómo la militarización ha intensificado el hostigamiento contra los migrantes y quienes los apoyan: “Nos hemos puesto a pensar en la gente que continúa cruzando, que continúa intentando pasar a los Estados Unidos. ¿Cuánto más podrá ser el hostigamiento que estas corporaciones están ejerciendo sobre ellos, que ya se encuentran en circunstancias de extrema vulnerabilidad?”.
Sufrimiento de los migrantes
“Nos tocó ser interrogadas por la Border Patrol, ser cuestionadas si éramos nosotras ciudadanas americanas, si no llevábamos migrantes en nuestro coche, fue un hostigamiento muy fuerte”, relata la religiosa que estuvo las últimas semanas en el desierto llevando agua a los migrantes: “Si esto nos pasa a nosotras que tenemos documentación, ¿qué no estarán sufriendo los migrantes? Porque ellos están ahí en el desierto, totalmente solos, totalmente abandonados, sin que nadie pueda ver ni testificar la violación a sus derechos humanos”.
La hermana Leticia también se refiere a la nueva estrategia de detención masiva, donde cada agente de la Border Patrol tiene una cuota de capturas diarias que debe cumplir: “Cada agente tiene una cuota de 75 personas detenidas, para responder a la política de la deportación masiva. Esto causa temor y miedo”, y muestra que no hay ninguna intención de protección, sino una estrategia sistemática de persecución y deportación.
Según su testimonio, esta política no solo afecta a los migrantes en tránsito, sino que también aterroriza a las comunidades establecidas en Estados Unidos, donde familias con estatus migratorio mixto viven con el miedo constante de ser separadas: “Aquí en El Paso hay familias en situación mixta, algunos miembros tienen papeles y otros no”.
“Es un ambiente demasiado hostil y perverso, por la inestabilidad y el daño emocional que ocasionan a las familias. No se ve seguridad en ningún espacio, ni escuelas, ni centros de culto”.
La religiosa denuncia la militarización en la frontera: “El Paso creo que es una de las fronteras donde más se puede visibilizar toda la infraestructura militar y de securitización que lleva esta política de Trump; y los migrantes son ahorita su objetivo y su enemigo… Es un león devorador de humanidad”, afirma.
“Habrá mucho trabajo de mantener la esperanza y saber tener una lectura de Dios en medio de esta oscuridad y tiniebla”, dijo la religiosa, a tiempo de señalar la compleja realidad migratoria que no solo afecta a los directamente implicados, sino que pone a prueba la humanidad de las sociedades receptoras:
“Parece que nos encontramos ante un león rugiente que busca devorar a la humanidad. No es solo la población migrante, es la humanidad entera la que se ve envuelta en esta población altamente violentada, en todos los sentidos”.
La Iglesia tiene la tarea de mostrar esperanza, de confortar, pero también de denunciar la injusticia y trabajar por la dignidad de cada persona: “De ver al Dios de la vida en medio de toda esta oscuridad”.
Fuente Disminuir
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