Todo lo que necesitas saber sobre el Miércoles de Ceniza

El Miércoles de Ceniza marca el comienzo de estos 40 días de penitencia y es una de las tradiciones litúrgicas más significativas para los católicos.
Este año, el Papa Francisco recordó a los fieles que, con el “signo penitencial de las cenizas en la cabeza, iniciamos la peregrinación anual de la santa Cuaresma, en la fe y en la esperanza”.
A continuación, los datos que todo católico necesita saber sobre esta fecha.
El Miércoles de Ceniza es el inicio de la Cuaresma
El Miércoles de Ceniza es el primer día de la Cuaresma. Según el Misal Romano, “en la Misa de este día se bendice y se impone la ceniza hecha de ramos de olivo o de otros árboles”.
Es un rito con siglos de historia
En el Antiguo Testamento, las cenizas simbolizan luto (Jer 6,26), petición de ayuda a Dios (Dan 9,3) y arrepentimiento (Jud 4,11). La tradición cristiana de imponer ceniza se remonta a la Iglesia primitiva. La Enciclopedia Católica indica que, en Jueves Santo, los primeros cristianos se cubrían de ceniza como signo de penitencia pública. No fue hasta el siglo XI que se implementó el rito de la imposición de la ceniza el Miércoles de Ceniza.
Hoy, otras denominaciones cristianas como anglicanos, luteranos y metodistas también realizan este gesto, aunque con diferencias en sus ritos.
La imposición de cenizas es un gesto que abre a la conversión
La ceniza es un símbolo de humildad y penitencia. El Directorio sobre la piedad popular y la liturgia (n. 125) explica: “Propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios”.
“Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal. Se debe ayudar a los fieles, que acuden en gran número a recibir la Ceniza, a que capten el significado interior que tiene este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual”, añade.
Las cenizas tienen más de un significado
La palabra ceniza, que proviene del latín “cinis”, representa el producto de la combustión de algo por el fuego. Esta adoptó tempranamente un sentido simbólico de muerte, caducidad, pero también de humildad y penitencia.
La ceniza también le recuerda al cristiano su origen y su fin: “Dios formó al hombre con polvo de la tierra” (Gn 2,7); “hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho” (Gn 3,19).
Durante una audiencia general, Benedicto XVI explicó que el gesto de la imposición de la ceniza representa también “una inmersión más consciente e intensa en el misterio pascual de Cristo, en su muerte y resurrección, mediante la participación en la Eucaristía y en la vida de caridad, que nace de la Eucaristía y encuentra en ella su cumplimiento”.
También aseguró que permite el “compromiso de seguir a Jesús, de dejarnos transformar por su misterio pascual, para vencer el mal y hacer el bien, para hacer que muera nuestro ‘hombre viejo’ vinculado al pecado y hacer que nazca el ‘hombre nuevo’ transformado por la gracia de Dios”.
Las cenizas se consiguen a partir del último Domingo de Ramos
El Misal Romano indica que las cenizas se obtienen de la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior. En algunos países, se mezclan con agua bendita o aceite de crisma para formar una pasta aromatizada con incienso.
La imposición de la ceniza tiene un rito especial durante la Misa
El rito tiene lugar al finalizar la homilía. Según el Misal romano, el sacerdote, de pie y con las manos juntas, dice: “Queridos hermanos, pidamos humildemente a Dios Padre que bendiga con su gracia esta ceniza que, en señal de penitencia, vamos a imponer sobre nuestra cabeza”.
Luego, el sacerdote o ministro rocía la ceniza con agua bendita, sin decir nada. Seguidamente, impone la ceniza a todos los presentes que se acercan con él, y dice a cada uno: “Conviértete y cree en el Evangelio (Mc 1, 15)” o “Recuerda que eres polvo y al polvo has de volver (Cfr. Gn 3, 19)”.
Según el Misal romano, no hay respuesta obligatoria por parte del fiel. Se recomienda retirarse en silencio, meditando el significado del gesto.
La ceniza también puede imponerse sin necesidad de la Misa
En ausencia de un sacerdote, los laicos pueden imponer la ceniza en un rito sin Misa, preferiblemente precedido por una liturgia de la palabra. Sólo un sacerdote o diácono puede bendecirla previamente.
Las cenizas pueden ser recibidas por no católicos
Cualquier persona, incluso no católica, puede recibir la ceniza. Según el Catecismo (n. 1670), los sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo como sí lo hacen los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia estos “preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella”.
No es obligatorio recibir la ceniza
El Miércoles de Ceniza no es día de precepto, por lo que no es obligatorio recibir la ceniza ni asistir a Misa. Sin embargo, es recomendable participar.
El Miércoles de Ceniza es un día de ayuno y abstinencia obligatoria
El Miércoles de Ceniza es día de ayuno y abstinencia, al igual que el Viernes Santo. El ayuno es obligatorio para fieles de entre 18 y 60 años y consiste en una única comida fuerte. La abstinencia de carne aplica a partir de los 14 años. Los viernes de Cuaresma también son de abstinencia obligatoria, aunque en algunos países puede sustituirse por otra penitencia.
Los demás viernes del año también, aunque según el país puede sustituirse por otro tipo de mortificación u ofrecimiento como el rezo del Rosario.
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