Liturgia: Comentario al Evangelio del domingo
Hermanos: Si ustedes, a ejemplo de Zaqueo, quieren ver a Jesús, el Hijo de Dios, y saber a qué vino la tierra, el texto evangélico que proclamamos este domingo nos da la respuesta: El es amigo y redentor de pecadores, vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido.
El Libro de la Sabiduría en la 1ª. Lectura nos revela que Dios se compadece de todos porque a todos los ama. EL es el Dios del perdón, y por eso el Salmo 144 nos invita a *ensalzarlo como mi Dios y mi Rey*; porque *es cariñoso con todas sus creaturas*, porque Jesús es el Mesías de los pobres, que busca y ofrece la salvación a todos los que están perdidos.
Hermanos: Jesús nos llama a todos, se acerca a todos y nos ofrece la salvación, máxime si somos *bajos de estatura* en nuestro cotidiano vivir. Si somos * jefes y ricos*, con mayor razón. Por eso no tengamos miedo en ver a Jesús, a encontrarnos con El; no perdamos más tiempo, invitémoslo a nuestra casa, a nuestra mente, a nuestro corazón, acojamos su mensaje y seremos salvados. Lo que hizo con Zaqueo, lo hace con nosotros.
Con Jesús todos podemos *ser otro*, personas nuevas. El introduce en nuestras vidas verdad, justicia y amor a nuestros hermanos. El hace que sirvamos a Dios y que no nos deshumanicemos sirviendo ni al dinero, ni al poder.
El encuentro personal con Jesús debe ser el mayor anhelo en nuestra vida. Un encuentro auténtico, no por simple curiosidad, y menos por miedo ni por interés. Podemos estar entre los *perdidos*; El nos busca con su mirada, nos llama y nos ofrece su amistad. El, como Profeta de la compasión, nos acoge a todos con el amor del mismo Dios. Y nos enseña a vivir y a anunciar el Evangelio con una vida en la cual resplandezca siempre el amor compasivo de Dios. El Evangelio es luz y fuerza para vivir.
Saludo y bendición. Padre Carlos Marín Gutiérrez
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