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II Domingo de Adviento

4 de diciembre de 2020
Corona
La «Corona de Adviento» tiene como característica cuatro cirios, con ella queremos expresar la alegría del tiempo de preparación a la Navidad

Estando reunidos, uno de los miembros de la familia inicia la bendición entablando el siguiente diálogo con todos:

V. Dios mío, ven en mi auxilio.

R. Señor, date prisa en socorrerme.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu...

R. Como era en el principio...

Luego alguno de los presentes hace la siguiente lectura

Del evangelio según san Marcos (1, 1-2.4.7-8)

Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Como está escrito en el profeta Isaías: «Yo envío a mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino». Se presentó Juan en el desierto bautizando y predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo. Yo los he bautizado con agua, pero él los bautizará con Espíritu Santo». Palabra del Señor.

 

Reflexión

Hemos escuchado cómo se inició el «Evangelio de Jesucristo». La buena noticia acerca de Jesús se comenzó a difundir con la predicación de Juan Bautista en el desierto. En la Biblia el desierto es el lugar donde se gesta la salvación, por esos es el lugar de la misión de Juan Bautista, allí surge este profeta para llamar a los hombres a la conversión, es decir, al cambio de conducta para orientar la vida según Dios. Juan Bautista se acrisoló en el desierto, por ello su voz es diferente a las demás voces y su predicación despierta esperanza. La situación de desinstalación que implica el desierto es el ambiente propicio para acoger la buena noticia acerca de Jesús.

 

Mientras se enciende el segundo cirio, se dice la siguiente oración:

Señor Jesucristo, encendemos este segundo cirio de la Corona de Adviento para recordar la misión de Juan Bautista. Confesamos que hoy el mundo y nuestra Iglesia necesitan de profetas precursores que preparen el camino hacia ti. Te pedimos que la gracia del Adviento nos haga conscientes de la necesidad de una honda experiencia de desierto para profundizar en tu Palabra y de este modo llegar a ser voz que anuncia tu salvación a todos los hombres. Que la espera de tu venida avive en todos los bautizados su condición de profetas. Concédenos la gracia de un experiencia profunda de discipulado para que la misión de tu Iglesia sea fecunda.

Para finalizar todos repiten:

Jesús, ven en medio de nosotros.

Nosotros queremos preparar tu venida.

Nosotros te queremos recibir.

Nosotros esperamos que nos traigas tu luz, tu paz y tu amor. AMÉN

Fuente:
Padre Tadeo Albarracín
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