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Hoy es la fiesta de San Benito, patrono de Europa y fundador de la Orden Benedictina

11 de julio de 2022
Hoy es la fiesta de San Benito, patrono de Europa y fundador de la Orden Benedictina
Imagen:
clarin.com

Cada 11 de julio la Iglesia Católica celebra a San Benito de Nursia, fundador del monacato occidental, patriarca de los monjes de Occidente y patrono de Europa. También es conocido como San Benito, Abad.

¿Quién fue San Benito?

Nacido en el municipio italiano de Nursia (Perugia) en torno al 480 d.C, San Benito fue definido por el ex papa San Gregorio Magno como “un astro luminoso” en una época marcada por una grave crisis de valores.

Procedente de una familia noble, fue enviado a Roma por sus padres para asegurarle una adecuada formación, pero allí quedó perturbado por una tremenda crisis de valores y de instituciones, provocada por el final del Imperio Romano, por lo que decidió abandonar la ciudad. Tras vivir en soledad en una cueva, se dirigió a Montecasino (a alrededor de 130 kilómetros de Roma), donde entre las ruinas de una antigua acrópolis pagana construyó su primera abadía.

Dios en el silencio

Con 20 años se fue al monte Subiaco para vivir en absoluta soledad en una cueva, con la guía espiritual de un ermitaño. Años después, como parte de su búsqueda se unió a los monjes de Vicovaro, quienes lo eligieron prior en virtud de su espíritu disciplinado.

En Vicovaro surgieron las primeras animadversiones contra Benito, nacidas en los corazones de los monjes que no estaban de acuerdo con la disciplina que el santo exigía. Fue así que algunos de sus hermanos llegaron al punto de conspirar para matarlo. Cuenta la tradición que un día, a la hora de los alimentos, uno de los hermanos le sirvió agua al abad en un vaso envenenado. El abad Benito recibió el agua y la puso sobre la mesa, frente a sí. Antes de beber, hizo la señal de la cruz sobre la copa y sin querer la golpeó, cayó al suelo, y se hizo pedazos. Un alboroto inusitado se produjo tras el hecho y los conspiradores quedaron en evidencia. Esto precipitó que San Benito se aleje de aquel monasterio, no sin antes reprochar a aquellos “hombres de Dios” la gravedad de lo que habían hecho.

Edificador de Europa

Pasado aquel triste episodio, junto a un grupo de jóvenes animados con su enseñanza, Benito se dedicó a la fundación y organización de otros monasterios por distintos lugares de la Europa central, entre los que destacó el construido en Monte Cassino (Italia). Advertido de que la vida monástica requiere orden y armonía.

Por otro lado, el santo abad trabajó en hacer de los monasterios auténticos centros de formación humana, espiritual y de preservación de la cultura. Gracias a estas notas características, su proyecto espiritual cobró forma y se convirtió en una red cultural y espiritual que enlazó a la Europa de ese tiempo. La vida monástica suscitó el entusiasmo de miles de cristianos llamados a dejar el mundo atrás y dedicarse a Dios en el silencio de un monasterio.

 

El monacato europeo fue la base para la expansión de la cultura cristiana en el Viejo Continente, la semilla de los sistemas educativos y la reserva cultural de Europa. La mayoría de ciudades importantes de la Europa de hoy surgieron alrededor de algún monasterio, o se organizaron a su ritmo e inspiración.

 

A San Benito se le atribuyen la escritura de una regla para sus monjes, conocida luego como la "Santa Regla". Escrita alrededor del 530 (d.C), es un manual y código de oración para la vida monacal.

 

"El Santo exhorta a los monjes a inclinar 'el oído del corazón' y a 'no desesperar jamás de la misericordia de Dios'.

 

Su intuición se volvió una luz no sólo para el monaquismo mismo, sino que fue sobre todo una esperanza providencial para pobres y peregrinos y, por lo tanto, para volver a levantar el destino de Europa", explican desde Vatican News, el servicio de noticias del Vaticano.

 

"La ociosidad -escribe San Benito en la Regla- es enemiga del alma; por eso han de ocuparse los hermanos a unas horas en el trabajo manual, y a otras, en la lectura divina”.

 

Dios a tiempo completo

La máxima de vida de San Benito - con la que ha inspirado a miles de hombres y mujeres a vivir para Dios - fue “Ora et labora” (ora y trabaja), la síntesis perfecta de su programa de vida, un llamado a vivir la unidad entre contemplación y la acción.

El legado de este gran santo ha influido de manera definitiva en la formación y desarrollo del monacato y hoy, después de muchos siglos, sigue inspirando a quienes asumen la tarea de hacer de la oración acción, y de la acción oración. El ideal de Benito era la entrega completa del monje a Dios: una entrega a tiempo completo.

Lejos del mundo, más cerca del cielo

San Benito realizó muchos milagros en vida: curó enfermos y se enfrentó al demonio personalmente; practicó exorcismos, siempre con la cruz en la mano - de allí la devoción a la Cruz de San Benito -.

Recolectó limosna para asegurar el alimento a sus hermanos y ayudar a los necesitados. Consoló a muchos que se hundieron en la tristeza y les devolvió el ánimo.

El gran abad murió el 21 de marzo del año 547, pocos días después de su hermana, Santa Escolástica. San Benito murió en la capilla de su monasterio, con las manos levantadas al cielo, mientras oraba, haciendo eco de sus propias palabras: "Hay que tener un deseo inmenso de ir al cielo".

Fuente:
ACI Prensa / clarin.com
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