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Tomárselo a bien...

11 de septiembre de 2024
Tomárselo a bien...
Imagen:
de referencia - freepik.com
La vida es mucho más rica y más compleja de lo que imaginamos.

“No te lo tomes a mal. Conozco una pasta de dientes que es muy eficaz para quitar el aliento ácido”*.

Lo que nos dicen podemos tomarlo a mal. Quizá porque nos parece impertinente, o inoportuno, o tal vez ofensivo. Muchas veces, porque pensamos que hay algo de antipatía en quien nos formula una observación.

Pero también podemos tomarnos a bien lo que nos dicen. Lo cual es posible cuando analizamos con serenidad la frase recién llegada, y cuando quitamos algún prejuicio sobre la persona que nos habla.

Tomarnos las frases a bien ayuda a vivir más sereno, a analizar las cosas con una mejor perspectiva, a superar prejuicios, a distinguir entre el trigo y la cizaña.

Hay, ciertamente, ideas que nos ofrecen con cierto tono de ironía, o con el deseo de provocarnos, o desde una antipatía más o menos manifiesta. Incluso en esos casos, no ayuda reaccionar con malhumor, o con rencor, o con desprecio, sin detenernos a ver cómo aprovechar esta situación.

Ya el hecho de que alguien nos diga algo, aunque parezca molesto, tiene algo de positivo: esa persona cree que puede establecer una relación con nosotros, incluso muchas veces desea nuestro bien.

La vida es mucho más rica y más compleja de lo que imaginamos. Hechos y afirmaciones nos llegan continuamente, como caricias suaves o como espinas hirientes.

Lo importante es aprender a acoger cada situación, cada palabra, desde una perspectiva positiva, llena de esperanza, y abiertos a lo que Dios nos indique.

De este modo, como dice la poesía, aprenderemos no a sacar el veneno de la rosa, sino ese néctar del que luego elaboramos, para nuestro consuelo y el de quienes nos rodean, un poco de miel que hace más bella la existencia humana.

(* Por: P. Fernando Pascual, LC).

Selección de consejos para aprender a encajar las críticas

Como aporte a la reflexión anterior, compartimos 6 claves para aprender a sobrellevar de una forma adecuada las críticas o comentarios expresados de forma tanto adecuada como poco asertiva, centrando nuestro foco en las oportunidades de mejora y en el crecimiento personal; cuidando nuestra autoestima y fortaleciendo las relaciones interpersonales desde el respecto y la valoración. 

 

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La doctora Chiara Fabian, neuropsicóloga clínica, en el sitio web psicologiaymente.com, propone:

1.Tiempo para procesar

Tras recibir una crítica, tomate el tiempo que necesites para revisar con atención y así poder entender. Haz una pausa e intenta no actuar de inmediato. No hay fecha de caducidad, el tiempo no es lo más importante, sino más bien, lo crucial es desglosar la crítica para comprender si la persona tiene razón, si puedes sacar algo positivo de la misma, si te has ofendido en exceso, el porque te ha molestado tanto, etc.

Hacemos mucho hincapié en la necesidad de parar y reflexionar ya que, por lo general, siempre tendemos a reaccionar de forma impulsiva, defendiéndonos y justificando nuestro comportamiento. El pensar en frío, tomando distancia, hará que no te arrepientas de lo dicho y te permite ver las cosas con más claridad.

2.Piensa dos veces

Lo más tentador tras una crítica es cambiar, sin pensar dos veces, aquello que has dicho o hecho. Al fin y al cabo, es lo más rápido y fácil para conseguir cortar con el sentimiento incómodo y pasar página lo antes posible. Como comentamos anteriormente, esta no es una actitud adecuada ya que es importante reflexionar y tratar de entender de dónde viene este comentario y si está realmente justificado.

Además, para tu propia tranquilidad, es importante no quedarte con nada dentro, y si tienes alguna duda contacta con la persona que te hizo la crítica para pedirle más explicaciones. De hecho, es una forma de mostrar implicación, interés y seriedad.

3. Quédate con la parte positiva

La clave está en prestar atención a las críticas que nos podrían convertir en mejores personas o profesionales, y dejar de lado aquellos comentarios negativos sobre nuestros rasgos, habilidades o actitudes. Debemos centrarnos en las críticas constructivas y no las destructivas. Cuando alguien te comente algo negativo, en la medida de lo posible, puedes probar a hacer un cambio y ver si te sientes cómodo o algo mejora.

Por lo contrario, si te das cuenta que no te ayuda en nada, agradece a la persona por su comentario y sigue con lo tuyo. Recuerda que no siempre vas a recibir críticas útiles. Lo importante es que confíes en ti mismo, te quedes con las partes positivas y reacciones de forma asertiva y respetuosa ante los comentarios negativos.

4. Escucha a la persona

Lo mejor es escuchar a la persona, entender su frustración, su punto de vista, pedir información y especificar. A fin de cuentas, solamente si escuchamos a la persona que nos critica podremos aprender de su crítica. Para lograr comunicarnos de forma asertiva, un factor clave es la escucha activa. Debemos prestar plena atención al comentario de la persona (aunque no estemos de acuerdo) para así poder responder respetuosamente. Con esto evitamos malentendidos y sentimientos de angustia, ira o enfado.

5. Cambia el concepto sobre las críticas

Nadie es perfecto, todos tenemos defectos, y todos podemos mejorar de muchas maneras. Podemos sacarle partido a las críticas como ese pequeño empujón que necesitamos para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos. Cambia el concepto que tienes sobre las críticas. En vez de verlas como una infravaloración, ataque o algo para avergonzarse, da un giro de 180 grados y empieza a tomarlas como una ayuda. Nuestra actitud ante la vida puede llegar a modificar cómo vemos el mundo y por supuesto, también las críticas.

6 Descubrir porque nos afectan tanto las críticas

Si a menudo nos encontramos con que las críticas nos generan un gran malestar y reacciones agresivas, es conveniente valorar todo lo que nos gusta de nosotros mismos y descubrir todo lo que nos gustaría cambiar de nuestra persona. Es muy probable que en la raíz del problema se encuentre una baja autoestima, una falta de valoración, complejo de inferioridad, poca seguridad, etc. Si te has sentido identificado, se recomienda buscar ayuda profesional para poder indagar en la problemática y así adquirir las herramientas necesarias para aprender a gestionar estas situaciones y mejorar el bienestar personal.

Fuente:
Catholic.net / psicologiaymente.com
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