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“Todos estamos invitados a tomar una actitud y un rostro sinodal”

8 de febrero de 2024
“Todos estamos invitados a tomar una actitud y un rostro sinodal”
Imagen:
OAC

Afirmó monseñor Orlando Olave Villanoba, obispo de Tumaco, al referirse al dinamismo y renovación que viene adelantando la Iglesia católica, con miras a fortalecer su identidad misionera, comunitaria y fraterna, siempre anclada a la luz del Evangelio, reconociendo los signos de los tiempos, los desafíos en la pastoral y en la siembra de la Buena Nueva.

Esta insistencia fue hecha en el marco de la 116 Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano, que se desarrolla en Bogotá, y en la que los obispos y arzobispos de las distintas jurisdicciones eclesiásticas del país reflexionan en torno al documento síntesis de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, realizada en Roma, en octubre de 2023; así como su proyección en la Iglesia local.

“La palabra sinodal es más que un concepto, significa una experiencia de vida. Es la capacidad de encontrarnos, de caminar juntos; y ese caminar juntos, como el mismo Papa Francisco lo ha dicho insistentemente, es un caminar en proyección hacia el mundo, hacia la realidad, desde el contexto en el que vivimos”, explicó, agregando:

 

“La Iglesia no es ajena a las problemáticas, a las realidades salvíficas y también al anti reino que encontramos; entonces, con esas realidades debemos vivir la experiencia de sinodalidad, de encuentro y comunión”.

 

Estos llamados resuenan de manera especial en el contexto nacional que, por estos días, vive un clima de tensión institucional, frente al que ya la Iglesia católica se ha pronunciado, en cabeza del cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente del episcopado colombiano, quien exhortó al pueblo colombiano y a sus líderes a buscar acercamientos y diálogos, “que faciliten la unidad y el bien común que tanto necesita el país”. Para ello, también ofreció los servicios de la Conferencia Episcopal de Colombia en el acompañamiento de un posible diálogo entre los distintos líderes.

En esta línea, monseñor Olave precisó que “en la crisis se pueden sacar oportunidades (…) Es la altura ética y la altura política la que se mide en estos momentos, para poder colocar por encima de mi interés el bien general, el bien común. El Papa lo llama la artesanía de la paz. Yo creo que cuando uno empieza a pensar en el bien general, empieza a desarmar su propio criterio, su propia mirada (…) No podemos tener una mirada obtusa sino una mirada que amplíe hacia el bienestar de nuestro país”.

Sobre otras realidades nacionales, como el reciente anuncio de la prórroga del cese al fuego bilateral, nacional y temporal en el marco del diálogo de carácter político entre el Gobierno Nacional y el Ejército de Liberación Nacional, el obispo de uno de los territorios con mayor desafío social, azotado por la violencia, las bandas criminales, los grupos al margen de la ley, el crimen transnacional, la pobreza, la falta de oportunidades y la débil respuesta institucional, afirmó que “el cese al fuego es una oportunidad más para seguir afianzando y construyendo la anhelada paz (…) Creo que se tiene que seguir dando pasos para llegar a una paz integral, que permita la reconciliación de los ciudadanos. 

 

Pero, sin duda, para nuestros territorios es una oportunidad más de vivir con tranquilidad, de vivir en armonía, de que se le respeten sus derechos. El derecho al libre tránsito, el derecho a movilizarse por toda la región, el derecho a la vida esencialmente”.

 

Finalmente, hizo un llamado a las partes, al gobierno y al Eln, para que “asuman con seriedad el proceso” y, que, de esta manera, “también la comunidad vaya entendiendo la necesidad de apostarle todos a esta paz que soñamos”.

Sobre la Diócesis de Tumaco, sus desafíos y apuestas pastorales

Perteneciente a la Provincia eclesiástica de Popayán, se ubica en la costa pacífica del departamento de Nariño. Su historia se remonta a 1927 cuando fue erigida como Prefectura Apostólica y posteriormente pasó por varias transformaciones institucionales hasta ser elevada a Diócesis en 1999. 

 

 

La Diócesis ha estado bajo la dirección de diversos líderes eclesiásticos a lo largo de los años, quienes han impulsado la educación y el desarrollo social, así como la promoción de la paz en una región afectada por la violencia y el narcotráfico​​.

 

El enfoque pastoral se centra en la promoción y defensa de una vida digna, especialmente para los más pobres y excluidos, siguiendo principios fundamentales de unidad, colaboración responsable, subsidiariedad, coordinación, y asignación de personas adecuadas en roles específicos. Estos principios guían su labor pastoral y social, articulada en torno a actividades mensuales que abordan temas relevantes para la vida comunitaria y familiar, como la escucha y conversión familiar, la valoración de la mujer, el papel de los jóvenes, y la importancia de la misión y el rosario en la vida familiar​​​​.

 

  

 

La Diócesis, también, se ha destacado por su compromiso con la paz, implementando varias iniciativas como talleres y proyectos artísticos que buscan denunciar la violencia y promover una cultura de paz, aprovechando los lenguajes contemporáneos como la música hip-hop y el teatro. Estas actividades reflejan el esfuerzo de la Diócesis por responder a las necesidades y retos específicos de su contexto, especialmente en una región afectada por la violencia y el narcotráfico​​.

 

El Secretariado Diocesano de Pastoral Social juega un papel clave en la promoción de los derechos humanos, el medio ambiente, la equidad de género, y el desarrollo integral sostenible, reflejando el rostro misericordioso de Dios en sus acciones​​​​.

 

Un evento destacado en su calendario es el "Vía Crucis por la vida y por la paz", una movilización anual que congrega a fieles de todas las edades en una manifestación pública de oración y rechazo a la violencia, enfatizando la importancia de la reconciliación y el perdón​​.

La Diócesis de Tumaco es un ejemplo de cómo la Iglesia Católica busca responder a las necesidades y desafíos de su comunidad, promoviendo la vida digna, la paz, y la justicia social, en línea con las enseñanzas del Evangelio.

Este 2024 se encuentra viviendo un año jubilar por sus 25 años de creación.

 
“Todos estamos invitados a tomar una actitud y un rostro sinodal”: Mons. Orlando Olave Villanoba
Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones
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